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Funcinema

Replicas

Título original: Ídem
Origen: EE.UU. / Reino Unido / Puerto Rico / China
Dirección: Jeffrey Nachmanoff
Guión: Chad St. John
Intérpretes: Keanu Reeves, Alice Eve, Thomas Middleditch, John Ortiz, Emjay Anthony, Emily Alyn Lind, Aria Lyric Leabu, Nyasha Hatendi, Amber Rivera, Luis Gonzaga, Jeffrey Holsman, Sunshine Logroño, Angela Alvarado 
Fotografía: Checco Varese 
Montaje: Jason Hellmann, Pedro Javier Muñiz 
Música: Mark Kilian, Jose Ojeda 
Duración: 107 minutos
Año: 2018


2 puntos


UN DEFORME CLON DE LOS NOVENTA

Por Rodrigo Seijas

(@funcinemamdq)

Recuerdo que a finales del 2000 llegaron a los cines El hombre sin sombra y El 6° día, dos thrillers con elementos de ciencia ficción que se ubicaban cronológicamente en el nuevo milenio, pero en verdad pertenecían a los noventa. Ambos eran bastante mediocres (el film de Paul Verhoeven era un poco más divertido a partir de algunos elementos un tanto disparatados), principalmente porque poseían un medio tono que no llegaba a decidirse entre la clase B descarada y el mainstream más complaciente. Lo que les pasaba a esas películas era bastante representativo de los problemas que afrontó Hollywood durante la última década del Siglo XX en cuanto a cómo los esquemas de producción interferían en las construcciones narrativas y estéticas, con grandes presupuestos que agigantaban innecesariamente lo que se estaba contando.

Dije lo anterior porque ver Replicas es como hacer un viaje en el tiempo, retrocediendo unos veinte años. Ahí tenemos a un científico (Keanu Reeves) trabajando en un proyecto corporativo de clonación y replicación de vida humana, donde la transmisión de memoria y la utilización juegan roles relevantes, que en un accidente –bastante tonto por cierto- pierde a toda su familia, lo que lo empujará a tratar de hacer volver a sus seres queridos por medio de un experimento cuasi clandestino. El mito del Dr. Frankenstein, pero también del Hombre Invisible –bah, de todos los científicos malditos de la historia artística- anda rondando por ahí, condimentado por elementos propios de la contemporaneidad, como las corporaciones y los intereses económicos. Y no estaría mal, si el film de Jeffrey Nachmanoff fuera a fondo con su propuesta.

Pero no, Replicas es una película temerosa de sí misma y lo que tiene para contar, que coquetea con el thriller corporativo, el drama familiar y las disquisiciones éticas y morales, pero no se decide por ninguna vertiente. De hecho, quiere mezclar todo, pero lo único que sale es un híbrido insulso, con una constante pose seria mientras aplica giros en el guión que dan lugar a momentos de humor involuntario. El que se toma todo más en serio es Reeves, que quiere vendernos el papel de padre y marido quebrado por el dolor, pero que nunca es creíble, con lo que acrecienta el inverosímil de la película.

Desde el comienzo, ya escuchando la banda sonora –rutinaria y perezosa hasta lo intrascendente-, nos damos cuenta que Replicas es un film fallido en toda regla, un desastre de principio a fin, que si no se tomara tan en serio, podría haber apostado por un humor desatado o el terror psicológico sobre las creaciones que se vuelven en contra de sus creadores. Pero no, la película elige las opciones más complacientes y tranquilizadoras, lo cual reduce aún más su atractivo. De ahí que su absoluto fracaso en la taquilla haya sido tan lógico como justo.

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