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Cazando con papá

Título original: The Legacy of a Whitetail Deer Hunter
Origen: EE.UU.
Dirección: Jody Hill
Guión: Jody Hill, Danny McBride, John Carcieri
Intérpretes: Josh Brolin, Carrie Coon, Scoot McNairy, Danny McBride, Montana Jordan
Fotografía: Eric Treml
Montaje: Jeff Seibenick
Música: Joseph Stephens
Duración: 83 minutos
Año: 2018


7 puntos


PAPÁ SE VOLVIÓ LOCO

Por Mex Faliero

(@mexfaliero)

Cazando con papá le pusieron por este lado del mundo a la última película de Jody Hill, que tuvo lanzamiento internacional por Netflix. Cualquiera que haya visto The foot fist way y Cuidado con el guardia, o las series Vice principals y Eastbound & Down, sabe que poco tienen que ver los universos de Hill con este título más propio de una comedia pedorra, noventera y familiar con Robin Williams. En verdad, Cazando con papá tiene por título en el original el más poético The legacy of a whitetail deer hunter, que tiene mucho más sentido con la historia de un cazador famoso que quiere transmitirle a su hijo la pasión por la caza, pero que en verdad sintetiza en esa acción una manera de contener sus miedos e infiernos personales.

Josh Brolin es Buck Ferguson, un tipo muy popular a partir de sus videos de caza donde relata enormes odiseas tras la búsqueda de alguna especie difícil de conseguir. Sin embargo, y sepan disculpar la metáfora, ahora se enfrenta a la odisea más complicada: quiere grabar un especial junto a su hijo y que este cace su primer ciervo como forma de bautismo patriarcal. Claro está, en verdad lo que Ferguson busca es reconectar con su hijo, un adolescente algo distanciado de la experiencia en la naturaleza de su padre, quien vive con su madre y con la nueva pareja de la mujer. Las películas de Hill suelen ser incómodas, con una mirada sobre los vínculos humanos y las relaciones sexuales no exenta de cierta violencia subyugada; pero es incómodo porque, sobre todo, lo que hace el director con todo esto es comedia. Nada más lejos del espíritu aleccionador o moralizante que las películas de Hill: nunca cuestiona a sus criaturas por más que tengan conductas abominables, e incluso suelen triunfar; de ahí el choque que su cine tiene con algunos espíritus biempensantes. Por otra parte, los personajes de Hill suelen ser tipos conflictivos (y digamos que sus historias muestran exclusivamente a hombres conflictuados e irresolutos con sus emociones), obsesionados con alguna actividad que centraliza su atención mientras todo a su alrededor se desbarranca. El Ferguson de Brolin va en esa dirección, con la salvedad de que el actor le adosa una cuota de humanidad que tal vez faltaba en las películas anteriores del director.

Lo cierto es que este trío de hombres vagando por el bosque (a Ferguson y su hijo Jaden hay que sumar el camarógrafo que interpreta el habitual de la casa Danny McBride) son caracteres típicos del cine de Hill, con el atenuante de que el tema familiar se resuelve en este caso sin caer en las típicas sordideces, aunque el personaje de McBride (también guionista) pertenece a ese universo enrevesado del cine previo del director. Hay un padre que duda, que teme y que contamina todo lo que toca, y cuya masculinidad le impide mostrar un revés. Si bien la película se inscribe en cierta tradición del cine norteamericano, el director aporta elementos personales y su humor rugoso, quebrando la lógica de este tipo de relatos: el último plano es clave en ese sentido, mostrando los límites que las lecciones de vida puedan tener en tipos curtidos y ásperos como Ferguson. Por último, decir que la presencia de David Gordon Green en la producción ha tenido una influencia notoria en las formas un poco menos virulentas con que Hill expone aquí un nuevo mundo de tipos absolutamente complicados e irredimibles.

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