Por Rodrigo Seijas
ATENCIÓN: SPOILERS
The walking dead busca reinventarse, convertirse en una nueva serie sin dejar de ser la de siempre, y Who are you now? es un primer experimento, con resultados mixtos. En unos cuantos pasajes, pareciera que estuviéramos ante un spinoff, que podría titularse “The walking dead: Generations”, pero casi inmediatamente todo vuelve al tono habitual, con vuelcos dramáticos no del todo justificados.
El gran eje de estos todavía tibios intentos de cambios es Judith Grimes, la ya crecida hija de Rick, que en algunos aspectos –cierta capacidad innata de liderazgo- recuerda a su padre pero es más que nada –particularmente desde su idealismo- una versión femenina de su hermano Carl. Es más, hasta se intuye una especie de reedición de los conflictos que atravesaron a Carl en los inicios de la serie, particularmente en los choques con la autoridad, que es representada esencialmente por Michonne, aunque habrá que ver si esto finalmente se potencia o queda relegado. Lo que hay que reconocer es que el capítulo consigue delinear al personaje con bastante habilidad, con un par de diálogos y acciones, aunque en algunos pasajes descansa demasiado en la simpatía innata de la intérprete Cailey Fleming. Y en el medio, hasta funciona como recambio de Rick y Carl, por ejemplo con los encuentros que tiene con Michonne y Negan.
Hay otros nuevos sobrevivientes que Who are you now? quiere presentar, y ahí es donde empieza a exhibir algunas dudas, no tanto por lo que pueden ofrecer en sí cada uno de los sujetos –Luke, interpretado por el siempre sólido Dan Fogler, es por lejos el más noble- sino por las reacciones que generan. Los conflictos vinculados a “los nuevos” y “lo que piensa la comunidad de los extraños” ya han sido varias veces transitados por la serie, que acá vuelve a repetirse en exceso, al igual que con la subtrama protagonizada por Carol, que revive sus instintos más salvajes con los pocos sobrevivientes que quedaban del ya caído Santuario.
El final de Who are you now?, con Rosita y Eugene escondiéndose de una horda de zombies que de repente parecen poder hablar y comunicarse entre sí, busca ir instalando nuevos adversarios, lo cual se supone que terminará haciendo en los dos capítulos que restan de esta primera parte de la novena temporada. Pero el gran problema de The walking dead sigue pasando por su identidad: qué quiere ser y qué quiere seguir siendo.