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Un lugar en silencio

Título original: A quiet place
Origen: EE.UU.
Dirección: John Krasinski 
Guión: John Krasinski, Scott Beck, Bryan Woods
Intérpretes: John Krasinski, Emily Blunt, Millicent Simmonds, Noah Jupe, Cade Woodward, Leon Russom, Doris McCarthy
Fotografía: Charlotte Bruus Christensen
Montaje: Christopher Tellefsen 
Música: Marco Beltrami 
Duración: 90 minutos
Año: 2018


10 puntos


EL SONIDO DEL SILENCIO

Por María Putrueli

(@maryputrueli)

Todos pensamos lo mismo cuando vemos el trailer de una película: “en esta edición han puesto lo mejor que tienen para mostrarnos, es por eso que Hollywood entendió el juego y tiene toda una industria detrás en lo que a avances de películas se refiere”. Resulta difícil no tentarse, por lo que en la mayoría de los casos la visión del mismo es obligatoria, y en innumerables ocasiones, es el motivo de si decidimos pagar la entrada al cine o esperar su reproducción de manera online.

El trailer de Un lugar en silencio es una pequeña muestra de una propuesta excelente, y logra generar lo mismo que la película en su totalidad: tensión, ansiedad, miedo y una necesidad imperiosa de seguir mirando y agudizando el oído, en una historia que en sus casi noventa minutos de duración tiene poquísimos diálogos, pero dice mucho más que aquellos intentos cinematográficos frustrados (internacionales y nacionales) de explicarnos todo en diálogos eternos e insufribles.

John Krasinski logra con su tercera película como director (de la que también es co-guionista y protagonista) rescatar el cine en su mejor estado, entendido y desarrollado para dar lugar a la que será, sin lugar a dudas, una de las mejores películas del año. Un thriller que se anuncia dentro del género de terror, pero que tiene mucha más tela para cortar, con un timing de suspenso manejado magistralmente, el aporte del drama familiar (por la pérdida de seres queridos, por la necesidad de sobrevivir como individuos y como familia, y por llevar hasta las últimas consecuencias el “dar la vida por el otro“) y un guión sencillo y conciso que encuentra en la narrativa, aquella esencia del cine en sí mismo, entretener, emocionar, absorber al espectador en la historia, hacernos creer que esa familia la está pasando horrible, adherirnos a la butaca y desear, con todas nuestras fuerzas, la resolución favorable (o no) de la trama.

Todo ese festín de emociones y sensaciones queda expuesto en Un lugar en silencio. La historia es simple: situada en el año 2020 (aquí nomás), una familia sobrevive a una especie de fin del mundo, ya que unas criaturas (ciegas, pero con un desarrollo auditivo inmejorable) se han adueñado del mundo, y ante el menor sonido que uno haga, lo cazan.
Sí, parece una más de ciencia ficción, pero lejos está de serlo, porque en sí esas criaturas (que recuerdan al querido Alien y, por qué no, al  más contemporaneo demogorgon de la serie Stranger things) son solo una excusa para desarrollar algunos puntos más: la soledad propia y social (aquí no se puede hablar porque si te escuchan te cazan, bueno, no estamos tan lejos de nuestra sociedad donde nadie se escucha y en el caso, un poco también, si hablás… te cazan); la búsqueda constante por sobrevivir a todo, al silencio, al miedo, a las tragedias; entender la discapacidad como una capacidad diferente (la actriz Millicent Simmonds, quien interpreta a la hija del clan familiar, es sorda en la vida real, y se vuelve parte fundamental del desenlace); y, sobre todo, el seguir apostando a generar nuevas esperanzas.

Pero… ¿no era una película de terror? Sí, claro, pero con todo ese trasfondo uno logra involucrarse aún más con los personajes, y allí reside el éxito de la película. No sabemos casi nada de esta familia, solo que no deben hablar ni hacer el menor ruido posible y que sobrevivir es para ellos, una tarea del minuto a minuto.

Krasinski y Emily Blunt interpretan a  los padres de esta familia en constante peligro, con actuaciones convincentes  (Blunt logra sin decir casi una palabra un abanico de emociones fantástico), acompañados por la ya mencionada Simmonds  y el pequeño Noah Jupe (a quien vimos recientemente en Extraordinario, como el mejor amigo del protagonista).

Un guión excelente, actuaciones brillantes, el suspenso y la tensión constante, y aún cuando puede que algunos consideren el uso de la música -sobre todo en la segunda mitad del relato- algo excesivo, nada quita el mérito de estar ante una gran película de género, la cual definitivamente debe verse en una sala de cine. Así entonces la celebración del séptimo arte será completa.

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