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Funcinema

Mudo

Título original: Mute
Origen: Reino Unido / Alemania
Dirección: Duncan Jones
Guión: Duncan Jones, Michael Robert Johnson
Intérpretes: Alexander Skarsgård, Seyneb Saleh, Robert Sheehan, Paul Rudd, Daniel Fathers, Nikki Lamborn, Noel Clarke, Robert Kazinsky, Gilbert Owuor, Justin Theroux, Andrzej Blumenfeld, Michael Todd Behrens, Rainer Reiners, Melissa Holroyd, Matti Boustedt, Luisa Wolf, Dominic Monaghan
Fotografía: Gary Shaw
Montaje: Barrett Heathcote, Laura Jennings
Música: Clint Mansell
Duración: 126 minutos
Año: 2018


6 puntos


SIN PALABRAS QUE AYUDEN A SUMAR

Por Henry Drae

(@henrydrae)

Duncan Jones llegó a mostrarle a su padre, el célebre David Bowie, una copia apenas terminada de Warcraft antes de que el cantante falleciera. No tenemos modo de saber qué impresión le dejó la obra de su hijo realmente, pero sí sabemos que si no hubiese sido por China, el rendimiento de la película hubiese dejado al pobre Duncan como un director de quien no pudiera esperarse mucho, al menos en cuanto a rédito en taquilla, y más allá de lo genial que haya sido su ópera prima En la luna, o la vertiginosa 8 minutos antes de morir.

Como este cuestionable traspié no llegó a empañar su rendimiento, la gente de Netflix le confió una producción con un elenco más que interesante (Alexander Skarsgård y Paul Rudd entre ellos), ambientada en un Berlín futurista, de una estética que recuerda muchísimo a Blade Runner aunque en algún momento más de un vehículo luzca como uno salido de El quinto elemento, y con un trasfondo que por momentos hasta recuerda a Banshee, esa serie en la que algún menonita arrepentido terminaba siendo un violento cuya religiosidad se alejaba con cada golpe de puño en una pelea de bar.

La historia se centra en Leo (Skarsgard), un barman que a partir de un accidente en su infancia pierde el habla. Leo es muy feliz con su novia, una misteriosa chica a la que acaba de conocer pero que un día, luego de un incidente violento, lo abandona alegando que no lo merece. El barman emprende una búsqueda frenética por hallar a la chica y en el camino irá enterándose de algunas actividades que la envolvían en asuntos cada vez más sórdidos. Pero no sólo la mafia organizada que maneja prostitución y drogas serán el enemigo de Leo, sino algunos de sus compañeros de trabajo, que quizás tengan más que ver con la desaparición de su amada que los propios delincuentes a los que busca.

Con una estética bien definida pero no original, con una banda de sonido acorde y múltiples referencias a clásicos del género, Mudo tiene el mérito de hacernos empatizar con el pobre Leo, en parte gracias al sólido Skarsgard, que tiene la posibilidad aquí de despegarse de ese Tarzán tan mediocre y poco carismático que interpretó hace poco. Sorprende Rudd, una vez más demostrando que no es un comediante sino un actor más que versátil en el género que intente abordar y alguien a quien se me ocurre comparar cada tanto con Jason Bateman, por lucir la misma capacidad. Logra incomodar el carácter pedófilo del personaje de Justin Theroux aunque queda a mitad de camino, como un costado oscuro para sumar miserias a su personaje.

Pero Mudo no logra consolidarse en una historia atractiva por sí misma. Cae en recreaciones constantes y en una historia muy propia de los policiales noir que ha decidido narrarse en otro contexto, en uno que no le aporta más que algunas luces de colores. Y termina siendo otro de los mediocres films de Netflix que parecen tener la única misión de engrosar el catálogo.

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