No estás en la home
Funcinema

Robamos secretos: la historia de Wikileaks

Título original: We Steal Secrets: The Story of WikiLeaks
Origen: EE.UU.
Dirección: Alex Gibney
Guión: Alex Gibney
Participan: John ‘FuzzFace’ McMahon, Alex Gibney, Julian Assange, Robert Manne, Heather Brooke, Michael Hayden, J. William Leonard, Daniel Domscheit-Berg, Smári McCarthy, Birgitta Jónsdóttir
Fotografía: Maryse Alberti
Montaje: Andy Grieve
Música: Will Bates
Duración: 130 minutos
Año: 2013


5 puntos


¿DAR A CONOCER WIKILEAKS O CONSTRUIR CONOCIMIENTO?

Por Melody San Luis

(@SanLuisMelisa)

La historia de una figura controvertida como Julian Assange puede resultar muy interesante. El documental cuenta con información que es atrayente por su importancia mundial, pero el modo en el que se narra no propone nada fuera de lo común y parece repetir el discurso hegemónico.

Al sitio web Wikileaks, que tanto renombre tomó a partir de sus contundentes denuncias, es muy difícil separarlo de su fundador Julian Assange. A pesar de la implicancia política que tomó este grupo de activistas virtuales, la vida personal de uno de ellos pudo más que las noticias que salieron a la luz mediante este sitio. Es cuestionable y dudoso que se haya dado de esta manera.

Por un lado, estamos acostumbrados a que los personajes tomen una relevancia exagerada por sobre las agrupaciones en las que participan. En el mundo de la imagen, Assange se convirtió en una figura llamativa, un emblema de la libertad de expresión con un estilo bastante particular de vestimenta y comportamiento. Dado a que este personaje tomó más importancia que el sitio, la credibilidad de la página web fue puesta en duda por las acusaciones de violación que recayeron sobre ella.

Del otro lado del mundo de la imagen está lo que se oculta detrás de esta. Las acusaciones que le formularon al director de Wikileas no pudieron ser comprobadas. A pesar de eso la credibilidad del sitio fue afectada. El escándalo que causaron las imputaciones sirvió como cortina para distraer de las denuncias que Assange y su equipo lograron develar. Además, daban una causa para poner preso a una persona que generaba molestias a los gobiernos, especialmente al de los Estados Unidos.

Toda esta “perorata” para centrarnos en la postura que toma el documental sobre “wikileaks”. Aun mostrando la cercanía entre las denuncias de la guerra y las imputaciones que se le hicieron a Assange, el film no hace otra cosa que repetir el discurso acusatorio al personaje. El foco es puesto en su figura más que en lo que provocó. De esta manera las implicancias políticas son opacadas y se las deja atrás de los datos de farándula.

Sumado a esto el estilo narrativo no propone grandes novedades. Mantiene la estructura de intercalado entre entrevistas y material de archivo sin mucha innovación. Asimismo, repite de forma constante algunos efectos visuales que pierden fuerza. Esta forma de contar y la postura que se toma hacen que mucha de la información que podría ser interesante se torne densa.

Comentarios

comentarios

Comments are closed.