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Bardo, un lugar entre nosotros


Muy Buena


EJERCICIO ONÍRICO

Por Melina Martire

(@funcinemamdq)

Un estado de tránsito entre dos momentos, un escritor que da vida a personajes que continúan la creación a pesar de él, ideas corregidas, reescritas, cuerpos en permanente contacto. ¿Qué es sueño y qué realidad?

Bardo es  el estado que los tibetanos describen como el momento entre la muerte y el próximo nacimiento. Se trata de un experimento que sólo se realiza en el momento de la muerte, y sólo quienes hayan practicado la meditación profunda pueden ser guiados a través de él. Cuando una persona fallece, se le indica desde el exterior que debe mantenerse plenamente despierta. Se le dice que observe lo que pasa a su alrededor.

Bardo, un lugar entre nosotros parte de esta idea para narrar a través de tres actores de teatro físico, que fusionan la actuación, la danza y el circo, la historia de un escritor que, en ese estado intermedio, intenta escribir historias para sobrevivir. Primero piensa en la historia de un viaje, pero ésta no termina bien para él, entonces desarrolla una historia de amor compleja. Los otros dos personajes son un hombre y una mujer que van interpretando lo que escribe en pequeños garabatos en la libreta que siempre lo acompaña. Con movimientos acrobáticos se desplazan por el espacio poniendo en relación sus cuerpos.

El cuerpo del bardo, similar al cuerpo en estado onírico, carece de órganos y huesos, pero posee sus poderes sensoriales completos. Surge ante la luz de la muerte y allí se manifiesta sólo ante él mismo, al igual que el cuerpo del sueño sólo puede ser percibido por la misma persona que está soñando. Su localización cambia con rapidez, estableciendo relaciones efímeras. Así el hombre y la mujer habitan todos los lugares, se acercan y se alejan, se aman y se odian. Utilizando los escasos elementos en escena, logran captar la atención del espectador de una manera mágica. Es destacable el trabajo gestual y corporal de Anahí Dratman con una valija, que constituye prácticamente en un personaje más del mundo imaginado por el escritor. La traslada, la habita en su interior, la usa para guardar elementos, la hace volar, la usa como máscara.

Combinando movimientos físicos muy interesantes, con toques de humor y situaciones inverosímiles, la obra lleva al espectador por un viaje sensorial y existencial que le permite reflexionar sobre la incertidumbre de la vida.

“Mira: no te pierdas la oportunidad. Observa la cremación de tu cuerpo; contémplala de una vez para todas. Mira cómo se destruye por completo aquello con lo que has  estado identificando tu yo. Mira cómo se reduce completamente a cenizas, para que en tu próximo nacimiento recuerdes quién eres”.

(Fragmento de Una vida con significado, una muerte gozosa. Gueshe Kelsang Gyatso)


Actores: Anahí Dratman (personaje femenino), Maximiliano Chiprut (personaje masculino), Juan Guiraud (escritor) Músico: Jerónimo Guiraud Diseño de Escenografía: Maxi Méndez Diseño de Luces: Miguel De Madrid Diseño de Vestuario: Las Elvis Diseño flyer: Diego Feijoo Música Original: Jerónimo Guiraud Video: Matías Silva Fotografía: Facundo Fraga Producción: Bardo Cía. Producción Ejecutiva: Leo Basso Prensa: Correydile Asistente de Dirección: Miguel De Madrid Idea original: Juan Guiraud, Gabriel Paez, Anahí Dratman, Maximiliano Chiprut, Grisel Galli Dramaturgia: Anahí Dratman, Maximiliano Chiprut, Juan Guiraud, Gabriel Páez Dirección: Gabriel Páez Sala: El Camarín de las Musas (Mario Bravo 960, CABA) – Domingos a las 20:00. Hasta el 28 de mayo.

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