No estás en la home
Funcinema

Rimini-Galuppo: “El ensayo permite modelos de producción accesibles e igualitarios”

Por Guillermo Colantonio

(@guillermocola)

binariaCarolina Rimini y Gustavo Galuppo habían presentado anteriormente Pequeño diccionario ilustrado de la electricidad, y durante el último Festival Internacional de Cine de Mar del Plata trajeron a la Competencia Argentina Binaria, nuevo ensayo fílmico en el que profundizan temas que habían abordado en la primera película. En diálogo con FUNCINEMA, explican qué los motiva a utilizar la modalidad del ensayo y resaltan lo necesaria de la urgencia a la hora de hablar de la violencia contra la mujer.

-Tanto en Pequeño diccionario ilustrado de la electricidad como en Binaria han adoptado la modalidad del ensayo, género que implica un fuerte registro argumentativo. ¿En qué basan fundamentalmente la elección?
En gran medida el interés puntual por las formas enunciativas del ensayo audiovisual parte de la libertad estilística que permite y por la experiencia que supone como proceso de descubrimiento y transformación, como un proceso de escritura siempre abierto a todo lo posible de la reescritura. Lo interesante en esta modalidad es que la reflexión por ahí no se plantea ya como un freno, como la necesidad de afirmar una verdad, sino que por el contrario se abre a un flujo incesante de interrogaciones. Es como correrse siempre del lugar. Como ir un poco a tientas, abriendo una red en lugar de cerrando una línea. Se trata un poco del valor de la experiencia del hacer y del pensar sobre la marcha, eso que mueve al salirse de uno mismo para poder descubrir en vez de aseverar. Y lo primero que marcábamos también es fundamental, esa libertad estilística, ese cruce indeterminado entre la reflexión y la poesía que pone a todo en un límite visible. El ensayo puede pensarse como una categoría algo paradójica, porque justamente elude toda posibilidad de clasificación. Y, además, y esto no es secundario, permite “hacer” desde modelos de producción accesibles e igualitarios, muy por fuera de las restricciones de los modelos legitimados industrialmente.

-¿Qué tipo de riesgos se asumen cuando se piensa en esta modalidad de documentales, según el punto de vista de ustedes? ¿Cuáles afrontaron ustedes como realizadores?
Eso es difícil, pero hay algo que pensábamos un poco sobre todo cuando decidimos trabajar Binaria del modo en que fue trabajada. En el Diccionario… estaba la salida de las fabulaciones fantásticas, y hasta de cierto humor, pero en Binaria a la idea del ensayo la abordamos de modo duro y directo. Y ahí se plantea un riesgo importante. ¿Por qué? Porque en cierta medida puede pensarse que hay una legitimación de ciertas voces que avala la posibilidad de “reflexionar” desde (y sobre) el cine desde un determinado lugar. Hay voces autorizadas. Claro, los nombres que a uno se le vienen a la cabeza cuando piensa en estas formas son los de Farocki, Godard, Marker, Curtis…. Es un peso importante. Pero un peso que está dado siempre por ese supuesto derecho a pensar que tienen ciertos nombres y ciertos lugares (eurocentristas o académicos, y también cómodos o  snobs). Ese es un problema importante que supone un riesgo, porque en esa legitimación del derecho a pensar no hacemos sino dejar que otros hablen siempre por nosotros. Y en Binaria justamente eso es importante, porque una de las preguntas recurrentes es “¿puede hablar el subalterno?”.

Binaria, además del eje que trabaja y que explora, parece concebida en función de un llamado urgente ante los hechos aberrantes ocurridos con las mujeres en nuestro país. ¿Es esa la impresión que tienen, pensaron así el proyecto inicialmente?
Sí, eso es así. La urgencia fue un poco el motor. Incluso un subtítulo posible que barajamos en algún momento era “apuntes para un ensayo urgente”. Y de ese modo fue realizado. Partimos de un texto inicial que nos parecía que habría una posibilidad de pensar toda esta barbarie desde una perspectiva interesante, y desde allí decidimos seguir buscando, dejando además que cuestiones actuales entren en la trama.  Hechos. Noticias. Pensábamos cosas desde textos teóricos y hechos aberrantes de violencia permanente hablaban mucho más claramente de todo eso. Sí, claro, hay mucha urgencia en Binaria, porque está movida por la indignación y por la necesidad.

-¿Cómo les resultó el proceso de selección de los materiales y de los textos empleados?
Podríamos decir que a las imágenes las teníamos un poco vistas desde el Diccionario…, allí se abrió un poco el tema de la política de género pero quizás sin abordarlo tan directamente. Tal vez era algo que nos quedaba un poco pendiente, y cuando abordamos Binaria ya sabíamos bastante bien a donde recurrir en cuanto a imágenes. A los textos, por el contrario, los fuimos buscando según aparecían relaciones entre capitalismo, cine y violencia de género, tratando de abordar en cada fragmento relaciones diversas entre esos puntos. Fuimos a autores que más o menos manejamos, que leemos habitualmente o que veníamos leyendo en el momento. Y fue muy importante un seminario que dictó Rita Segato en la Facultad Libre de Rosario en ese momento, ahí aparecieron algunos ejes que decidimos abordar. Poniéndolos en relación con otros autores.

-¿Cómo fue la reacción del público luego de la proyección en el Festival Internacional de Cine de Mar del Plata y si se estableció algún tipo de discusión o debate?
Eso fue genial, y la verdad, es que teníamos bastante miedo, por esos riesgos asumidos sobre los que preguntabas antes, y también por las imperfecciones, incluso técnicas, propias de la urgencia y de nuestro precario modo de producción, más aún en el marco de un festival como ese. Pero en las dos funciones que tuvo Binaria se produjo un muy buen diálogo posterior con el público, muy abierto a todo tipo de inquietudes y comentarios. Sin embargo, creo que podríamos decir que algo nos llamó un poco la atención, en ambas funciones se repitió la pregunta de por qué decidimos abordar el tema…. Es decir, el tema de la violencia de género. Esa pregunta, esa duda, de algún modo, habla un poco de la naturalización de esa violencia, y habla de esta necesidad y de esta urgencia de abordarlo permanentemente desde toda perspectiva posible.

-¿Cómo evalúan, en términos generales, el desarrollo de la práctica documental actual en nuestro país?
No sé si podríamos responder a eso, nuestra visión es muy acotada. Pero es obvio que nuestra perspectiva está un poco marcada por esta necesidad “ensayística” de que el documental ponga un poco en perspectiva sus modos de manifestación y las funciones de la imagen que propone.

Comentarios

comentarios

Comments are closed.