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Blue Jay

bluejay1Título original: Idem
Origen: EE.UU.
Dirección: Alexandre Lehmann
Guión: Mark Duplass
Intérpretes: Mark Duplass, Sarah Paulson, Clu Gulager
Fotografía: Alexandre Lehmann
Montaje: Christopher Donlon
Música: Julian Wass
Duración: 80 minutos
Año: 2016


7 puntos


EL PASADO QUE NO SUELTA

Por Mex Faliero

(@mexfaliero)

bluejay2Jim y Amanda se cruzan en la góndola de un supermercado. La sorpresa de ambos al verse, también los nervios que se notan a simple vista, nos dejan en claro que algo ha pasado entre ellos: efectivamente, son una ex pareja que hace tiempo no se ve. El reencuentro, pues, servirá para que se pongan al tanto de su presente, de todo lo que pasó desde su separación, y de aquellas deudas pendientes que tienen con el pasado. Blue Jay, del debutante Alexandre Lehmann, registra ese momento y las horas siguientes con una cámara que espía púdicamente en esa intimidad desarmante; horas además en las que los amantes tensarán las cuerdas hasta explosiones liberadoras. O así lo entendemos a partir de la respiración profunda con que uno de los personajes le da cierre a la película: “listo, nos liberamos, lo dicho, dicho está”.

El nombre clave aquí es el de Mark Duplass, protagonista, guionista y productor, y uno de los máximos referentes de ese movimiento conocido como mumblecore. El mumblecore -catalogado así por un técnico que se burlaba en el set de la manera en que los actores decían sus parlamentos casi farfullándolos-, no ha sido más que una reactualización de los métodos tradicionales del cine independiente norteamericano a cargo de una generación de cuarentones que miran los 90’s con mucha nostalgia. Hay dos nombres a los cuales se idolatra, uno es John Cassavettes y el otro es Richard Linklater. Y efectivamente, en Blue Jay hay mucho de la estética del director de Faces, con su blanco y negro y sus primeros planos irrenunciables, y también de Linklater y su romanticismo existencialista a lo Antes del amanecer. También hay que decir que no se llega a las alturas de los autores antes mencionados, que el drama es mucho más lavado y el romanticismo puede ser un poco afectado, pero no deja de haber cierto encanto en estas historias simples y delicadas, y en sus criaturas torturadas pero que de algún modo mantienen cierta esperanza.

Jim y Amanda, entonces, se encuentran, se ponen al día, se refugian en la casa de la madre de él y comienzan un vínculo lúdico que terminará teniendo alguna consecuencia indeseada. No hay nada nuevo en lo que cuenta Blue Jay, pero la experiencia es gratificante igualmente porque Duplass y Sarah Paulson construyen sus personajes con calidez pero aún dejando ver en la superficie alguna grieta que esconde sus pesares: es muy sutil la actuación de ambos, además con una química en pantalla que se impone y aumenta el verosímil de un film por demás natural. Porque si algo tiene de honesto el mumblecore contra el indie más tramposo, es que sus intenciones son explícitamente claras: no hay mucho más en el film que esos dos personajes, el off aparece como una amenaza pero nunca se hace presente (economía de recursos), y si la película sigue a sus dos criaturas sin soltarlos nunca lo hace sin ponerse excesivamente asfixiante. Está claro que este tipo de películas precisan de un espectador que ingrese en sus códigos y los acepte. En todo caso se agradece la persistencia de Duplass y Lehmann en llevar la propuesta al límite, así como lo hacen Jim y Amanda con ese pesado que se resisten a soltar.

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