No estás en la home
Funcinema

Kill me three times

times1Título original: Idem
Origen: EE.UU. / Australia
Dirección: Kriv Stenders
Guión: James McFarland
Intérpretes: Simon Pegg, Steve Le Marquand, Alice Braga, Teresa Palmer, Sullivan Stapleton, Luke Hemsworth, Callan Mulvey, Bryan Brown, Daniel Berenger, Anna Philp
Fotografía: Geoffrey Simpson
Montaje: Jill Bilcock
Música: Johnny Klimek
Duración: 90 minutos
Año: 2014


5 puntos


LA MUERTE NO LE SIENTA BIEN

Por Rodrigo Seijas

(@fancinemamdq)

time3Un matrimonio (Teresa Palmer y Sullivan Stapleton), agobiado por las deudas, buscando concretar un fraude al seguro a partir de una muerte. Una mujer (Alice Braga) tratando de abandonar a su violento marido (Callan Mulvey) y escapar junto a su amante (Luke Hemsworth). Un comisario (Bryan Brown) que en vez de usar la placa para hacer cumplir la ley, la utiliza para engordar sus bolsillos. Un asesino a sueldo, llamado Charlie Wolfe (Simon Pegg), que es el eje en común entre las fuerzas en conflicto, buscando sacar la mayor tajada posible de todos los entuertos. Y un canguro muerto al costado de una ruta, como símbolo de toda la podredumbre desplegada en un pequeño pueblo australiano. Todo este esquema de enredos e intereses cruzados compone Kill me three times, film que repite el modelo de relatos corales que van y vienen en el tiempo, poniendo a jugar los puntos de vista hasta revelar las verdaderas motivaciones de cada personaje.

Hay ciertamente intenciones saludables en Kill me three times, en lo que se refiere a ir develando de a poco los objetivos de los protagonistas, sus características y los vínculos que establecen entre sí, siempre con un ritmo pausado y a la vez irónico. Al director  Kriv Stenders (el mismo de Las aventuras del perro rojo) se le nota su voluntad por cuidar la estructura narrativa e ir configurando apropiadamente ese paisaje de pueblo chico donde no está el polvo del desierto pero sí los individuos corruptos, los secretos, las decisiones despiadadas, las ambiciones letales y claro, el humor negro como conector. Pero hay algo que falla: es difícil de explicar por qué, pero el film, a pesar de contar muchas cosas en apenas 90 minutos, luce irremediablemente estirado, como un mediometraje al cual le duplicaron la duración para que termine siendo un largo.

Hay una permanente sensación de ya visto en Kill me three times, de relato que repite estructuras y formas ya transitadas sin aportar un giro productivo y diferenciador. El film de Stenders muestra cuidado en la composición de los encuadres, el montaje y la banda sonora, pero le falta el suficiente vigor narrativo como para contagiar apropiadamente al espectador, como si no terminara de confiar lo suficiente en lo que tiene para contar. Esto se traslada, por ejemplo, a las actuaciones: Palmer, Stapleton, Mulvey y Pegg lucen un tanto descolocados en sus roles; Braga y Hemsworth hacen lo que pueden con unos personajes muy superficiales y no terminan de generar empatía; y el único que está cómodo en su papel es Brown, que hace todo de taquito.

No es que Kill me three times no tenga sus momentos: principalmente hacia la media hora final, cuando va estableciendo una cierta linealidad, la película entrega un par de secuencias donde lo insólito contribuye a generar tensión y algunas líneas de diálogos bastante divertidas. Pero el conjunto es muy trivial y carente de impacto. Esta vez, Stenders no supo acomodar las piezas de la forma precisa y entrega un relato donde lo fragmentado deriva en errático, con lo que la violencia no conecta con la comedia.

Comentarios

comentarios

Comments are closed.