Título original: Rapture-Palooza
Origen: EE.UU.
Dirección: Paul Middleditch
Guión: Chris Matheson
Intérpretes: Craig Robinson, Anna Kendrick, John Francis Daley, Rob Corddry, Ana Gasteyer, John Michael Higgins, Calum Worthy, Jesse Camacho, Thomas Lennon, Ken Jeong, Bjorn Yearwood, Adrianna Costa, Mike O’Connell
Fotografía: Robert C. New
Montaje: Melissa Bretherton
Música: Joachim Horsley
Duración: 85 minutos
Año: 2013
5 puntos
ASTUCIA NO ES LO MISMO QUE INTELIGENCIA
Por Rodrigo Seijas
Es un poco triste decirlo, pero Una pareja infernal es una decepción. Pequeña (tampoco es que da para ponerse muy triste) pero decepción al fin. Más que nada por los nombres involucrados en el elenco, que son unos cuantos: Anna Kendrick, John Francis Daley, Craig Robinson -quien también oficia de productor-, Rob Corddry, Ken Jeong, John Michael Higgins, Ana Gasteyer, Thomas Lennon, entre otras figuras con trayectorias sumamente interesantes en la comedia.
Y también en parte por la premisa, que parte del mito cristiano del Rapto -también conocido como Arrebatamiento-, con toda una sucesión de calamidades que azotan la Tierra, incluida la llegada de un Anticristo que se caga en todo y todos, y al que sólo podía interpretar alguien como Robinson, un especialista en encontrarle un reverso a cualquier rol. En el camino del Anticristo se cruzará, casi involuntariamente, Lindsey (Kendrick), una chica muy linda pero de inteligencia promedio, que enamorará -bueno, calentará- a primera vista a Satanás, aunque está totalmente enamorada de su novio Ben (Daley). Es por eso que la pareja buscará librarse del Anticristo. ¿El plan? Eso será otro asunto, sumamente improvisado.
Hasta que Una pareja infernal consigue establecer su conflicto central, pasa la mitad del metraje, y en el medio presenta personajes bastante superficiales, que en algunos casos sólo tienen un chiste a su disposición -la madre histérica que encarna Gasteyer, por ejemplo- y algunas ideas visuales que pueden generar algo de gracia pero que igual lucen repetidas y gastadas. Es como si el relato sólo pudiera funcionar desde la sátira superficial a la simbología religiosa o las referencias culturales de la sociedad de consumo, porque no le termina de importar lo suficiente lo que tiene para narrar.
Recién en la media hora final, cuando define en parte su rumbo, Una pareja infernal cobra algo de vigor, eludiendo el aburrimiento pero sin esquivar la superficialidad e intrascendencia. Ahí los protagonistas pasan a tener un propósito con el cual empatizar y hasta surgen algunas secuencias verdaderamente graciosas. Pero eso no alcanza para que el film redondee de manera pertinente su propuesta. La sensación general es que Una pareja infernal es una película hecha un tanto a las apuradas, sin un trabajo más profundo en los elementos narrativos y que confía excesivamente en su astucia, por lo que no llega a ser efectivamente inteligente.
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