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Maximiliano Schonfeld: “Para mí, una película es como un fantasma que aparece gradualmente”

Por Rodrigo Seijas

(@fancinemamdq)

maximiliano_schonfeldMaximiliano Schonfeld es el realizador de La Helada Negra, film nacional rodado en Entre Ríos que cuenta con el protagónico de Ailín Salas. El relato transcurre en una comunidad de descendientes de europeos amenazada por una helada, que cede ante la aparición de una misteriosa joven, lo cual lleva a que los aldeanos comiencen a pensar que es una santa que llegó para salvarlos. El realizador conversó con FANCINEMA acerca de los hechos reales que inspiraron la película, cómo se relaciona con su obra anterior, las expresiones artísticas que le sirvieron de inspiración, el trabajo actoral, los diversos tópicos abordados y el trabajo desde lo estético y formal, entre otros temas.

-La película está basada en hechos reales que te tocan de cerca. ¿Qué elementos de esos sucesos te movilizaron para construir lo que después es un relato ficcional?
Me preguntaba que hacía ese niño sanador cuando dejaba de atender a la gente: si jugaba al fútbol con los chicos de la escuela, que dibujitos miraba, cómo era su rutina alrededor de su santidad. La humanidad del santo digamos, ese contrapunto, lo invisible, un off the record. También sentía curiosidad por el traspaso hacia lo sagrado y si el cine era capaz de captar ese momento, esa transformación. Buscaba una imagen para ese momento.

-¿Qué continuidades y/o rupturas notas en este film respecto a tu película anterior, Germania?
No lo pensé cómo una continuidad, pero sí cómo una respuesta: una película que la enfrente y que cierre una zona, un territorio. Y que ambas puedan formar una díptico o algo así. Germania es un retrato, una postal, un recorte. La Helada Negra ingresa en una de esas postales para recorrerla e incluso alejarse del centro de tensión del relato buscando los personajes y las situaciones adyacentes.

-¿Tuviste cineastas o películas como referencias a la hora de construir el relato? ¿Aparecieron en tu radar otro tipo de expresiones artísticas como marco de referencia?
Los marcos de referencias fueron variados. Disfruto mucho del recorrido, de la investigación. Pero un autor que leí mucho fue Walter Burkert. Después las pinturas de Wyeth para la composición (incluso repartíamos una estampita en el rodaje) y el trabajo de los actores en las películas de Bresson.

-¿Qué significó el unir el trabajo con actores no profesionales con la participación de una intérprete consolidada como Ailin Salas? ¿Qué buscaste con este abordaje?
Buscaba la invasión de un alguien de afuera en un determinado contexto. Hubo un roce de energía entre Ailín y los modelos de Entre Ríos que fue muy interesante retratar. Trabajamos esa doble dimensión.

-Hay toda una atmósfera fantástica que atraviesa la narración y que se nota incluso en los encuadres, la fotografía y el montaje. ¿Cómo buscaste ese tono? ¿Cuánto hubo de trabajo previo y de improvisación durante el proceso de producción?
Mientras escribía el guión tuve la posibilidad de filmar con los actores en las locaciones. Filmé abiertamente dejando que el tono se escurra sólo. Después fuimos con parte del equipo y realizamos un teaser con fragmentos de algunas escenas, incluso pensando que algunas de esas tomas podían quedar en la película. Ahí pulimos un poco más el tono y la “forma” y descartamos varias ideas. Después en el rodaje había un guión técnico que cada día entraba en crisis de acuerdo al plan de rodaje, a la energía de las situaciones o al clima. También teníamos a la montajista (Anita Remón) que nos enviaba las escenas pre editadas y eso nos permitía sentir la respiración de la película. Para mí, una película es cómo un fantasma que aparece gradualmente.

-En el film se tocan tópicos como la feminidad, lo rural y lo religioso. ¿Cómo creés que dialogan entre sí? ¿Cuál creés que puede ser el papel del cine al reflexionar sobre ellos?
La Naturaleza está vinculada directamente con los procesos de maternidad, a una fuerza emocional creadora del todo. Incluso los orígenes epistemológicos se vinculan todavía con esta gran Madre. Con esto quiero decir que pensamos el personaje de Alejandra cómo si brotase de la tierra misma, una especie de mensajera o dominadora de la catástrofe. Pero esta fuerza (Alejandra) necesitaba un mediador, que es Lucas. Los mediadores crean sentido para contrarrestar lo que parece inaceptable y su logro es dar una visión ¿Y que ve Lucas en Alejandra? Es una iluminación, un actor de amor, de salvación. Y él también asocia “el mal” a los hombres, cuando dice que la “gente está seca por dentro”. Son los hombres los propios hacedores de La Helada en los campos y es un inconsciente del estado actual del sistema agroindustrial argentino: los agroquímicos no están matando.

-La película, desde su estética y narrativa, no ofrece interpretaciones lineales. ¿Cómo creés que puede impactar tu película en el espectador?
Yo creo que es una película legible para cualquier persona con un mínimo de interés en mantener un diálogo y no que no espera un formato masticado sin chances de vincularse.

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