El cuidado del cine como bien cultural, la actualización de los presupuestos, la recuperación del patrimonio fílmico nacional y el grave problema de la exhibición son algunas de las propuestas y diagnósticos que distintas asociaciones de productores y directores locales elevaron al presidente del INCAA, Alejandro Cacetta, para que los incluya en el diseño de un nuevo Plan de Fomento que prevé presentar el mes próximo.
El Plan de Fomento que el presidente del Instituto de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA) estudia modificar es básicamente el instrumento mediante el cual ese organismo otorga créditos y subsidios a los proyectos de largometraje locales, a través de distintas “vías” (que determinan los montos de esas ayudas) y tras haber sido elegidos por comités independientes conformados por representantes de distintos sectores del quehacer cinematográfico.
“En general, salvo por pequeñas diferencias de enfoques, todos estamos casi de acuerdo en trabajar sobre esos puntos importantes. Encontramos buena predisposición e intenciones de parte de Cacetta. Lo vemos muy bien predispuesto al diálogo y a recibir las propuestas. Lo bueno es que tiene mucho conocimiento del cine industrial y también del cine de franja media o independiente”, afirmó Martín Desalvo, de Proyecto Cine Independiente (PCI).
“Nuestra propuesta es no perder el espíritu propio de la Ley de Cine que considera a las películas como bienes culturales por encima de sus objetivos comerciales. Ese es el punto de partida y lo que nos diferencia de otras asociaciones. Queremos que el INCAA profundice una política de Estado que busca fomentar el cine como bien cultural”, dijo Alvaro Urtizberea, miembro de Apima, que agrupa a grandes, medianos y pequeños productores desde 1994.
Entre las preocupaciones expresadas por representantes del sector audiovisual que Cacetta está evaluando junto a la gerente de Asuntos Jurídicos del INCAA, Viviana Diroli, se encuentra también la actualización del costo de una película nacional de presupuesto medio, que representa el dinero necesario para filmar un largometraje y que con el correr de los años -e inflación de por medio- se fue desfasando de los precios reales.
En ese sentido, Carlos Jaureguialzo, de Directores Argentinos Cinematográficos (DAC), afirmó a Télam que “el nuevo Plan de Fomento debería actualizar el costo medio de producción de una película media, porque quedó muy retrasado debido a la inflación. Hoy en día, ese presupuesto está fijado por el INCAA en menos de 6 millones de pesos, cuando en la realidad el costo de un film asciende a los 11 millones”.
Por su parte, Desalvo señaló que “en la etapa de la producción, veníamos relativamente bien, de alguna manera se podía filmar y se hacían una cantidad considerable de producciones, entre otras cosas porque la quinta vía documental había descomprimido bastante la cuestión”.
“Sin embargo -coincidió con Jaurelguialzo-, los grandes problemas están en el presupuesto del costo medio de una película que está un poco retrasado. Ese es uno de los puntos que hoy por hoy es importantísimo corregir rápidamente, a causa de la devaluación. Ese presupuesto debería estar por encima de los 8 millones de pesos. Esta es una de las preocupaciones principales de nuestro sector”.
Desalvo añadió que “también habría que ocuparse de la etapa de desarrollo de proyectos, algo que está pendiente y en el conjunto de entidades existe un acuerdo sobre esa faltante. Actualmente no hay una previsión para el desarrollo de proyectos. Creemos que ahí hay un punto importante a fortalecer para que las películas tengan una mejor base para que lleguen a buen puerto”.
Otra preocupación de Apima, según Urtizberea, es que “el Fondo de Fomento se viene deteriorando a partir de la inflación, se va quedando chico en relación a los costos y a los nuevos actores que se incorporan, muchos más directores y productores que también quieren hacer sus películas. Los costos subieron más rápido que los subsidios y el fondo no crece en proporción a todo eso”.
“La propuesta de Apima es destinar recursos a activar la Ley de Mecenazgo y la Ley de Fomento Audiovisual, que son normas impositivas que están en tratamiento en el Congreso. Y también otra ley que tiene que ver con la exhibición en otras plataformas y pantallas, como internet por ejemplo”, aseguró Urtizberea.
Para el representante de Apima “hay bastantes coincidencias con otras asociaciones en relación a la necesidad de revisar las vías de subsidios. Hay una propuesta de crear una vía para producciones netamente comerciales. Sería una vía superior destinada a grandes películas que no tendrían medios electrónicos pero sí un tope más alto. Sería para películas grandes que llevan muchos espectadores”.
Otra de las preocupaciones -sino la principal- en la que todas las asociaciones parecen coincidir es el de la exhibición: “Las películas -dijo Desalvo- deberían tener una protección industrial, como cualquier producto, aunque el cine sea un producto cultural. Debe haber una doble protección porque además de generar industria, el cine genera cultura y eso también genera identidad nacional”.
“El tema preocupante es la exhibición, porque las películas argentinas no les interesan a los exhibidores internacionales. La idea es buscar opciones para ese problema, hacer que funcionen mejor los Espacios INCAA, tomando como ejemplo el propio Gaumont, donde la gente va masivamente. Se podrían usar otros espacios para proyecciones, salas alternativas exclusivas para cine nacional”, opinó Urtizberea.
Para Jaureguialzo, “debería existir un financiamiento que incluya el momento del lanzamiento de las películas, porque se hacen muchas pero muchas veces salen sin ningún tipo de publicidad ni promoción y eso las lleva a un fracaso comercial. Debería haber un apoyo real del INCAA para el lanzamiento, porque las ayudas que existen la verdad que no alcanzan”.
Jaureguialzo destacó la necesidad de que el nuevo plan contemple “la recuperación del patrimonio nacional audiovisual. El Estado se tiene que hacer cargo de la recuperación del patrimonio, a través de una Cinemateca. Cuanto más tiempo pasa se pierden un montón de materiales. Y la verdad que se podría recuperar mucho material en 35 milímetros y también a través de las nuevas tecnologías”.
El cuidado de las denominadas “películas medianas” (que no son ni grandes tanques ni muy pequeñas), la inclusión de las nuevas plataformas audiovisuales, la modernización y dinamismo del sistema burocrático interno del INCAA, y el cuidado y ayuda al cine documental como bien cultural en su propia especificidad, asumiendo la singularidad en su producción, son otros de los planteos que Cacetta estudia antes de lanzar el nuevo plan.
(Fuente: Telam)
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