
Por Mex Faliero
Hace unos meses la gente de Revista Ajo me pidió un informe sobre el cine marplatense (léanlo acá), el cual terminó siendo un extenso resumen con una serie de opiniones de peso: realizadores, críticos y gestores de espacios cinematográficos dejaron su parecer sobre aquello que está ocurriendo en la ciudad. Pero ese informe, por la sumatoria de voces y por las dimensiones lógicas que debía tener el texto, acercó sólo algunas de las ideas de cada entrevistado. Nuestra intención en Fancinema es, entonces, recoger todas esas opiniones sin recortes y ofrecer un dossier con las diferentes miradas. Lo que verán, día tras día, será un cuestionario similar para cada entrevistado. Lo que importa, claro, son las opiniones que cada referente tiene para ofrecer.
-Hoy: Diego Menegazzi, crítico y coordinador de ciclos de cine en Teatro Estudio y el Museo MAR.
-¿Existe el cine marplatense?
No. Lo que existe es gente de la ciudad que filma productos audiovisuales de forma independiente.
-¿Qué es lo que define la figura de un cine regional -en este caso marplatense-?: ¿la aparición de más gente filmando en un mismo lugar o la presencia de símbolos culturales identitarios y comunes entre películas?
No es posible hablar de un cine con una identidad regional cuando no hay pruebas reales de que el cine marplatense exista de verdad. Lo que yo veo es que las producciones audiovisuales locales son muy variadas, en términos estéticos y temáticos, aunque la mayoría tiene una marcada intención de seguir el modelo narrativo norteamericano. Esto puede ser un gran problema, porque al tratar de reproducir de manera amateur un cine de características industriales, el fracaso está asegurado de antemano.
-¿Qué diferencias encuentra entre las producciones locales actuales y las que se hacían -por poner una fecha- hace una década?
Creo que la mayor diferencia que puede encontrarse hoy respecto de la producción del pasado es que se puede lograr una mayor calidad técnica desde el punto de vista del registro visual, debido a que la tecnología digital da la posibilidad de acercarse al nivel profesional.
-¿Cuánto ayuda a la proliferación de realizadores la posibilidad de una tecnología al alcance de la mano? La pericia técnica, ¿lleva invariablemente a la presencia de mejores artistas?
La llamada revolución digital permitió que muchas más personas pudieran acceder a la posibilidad de filmar. Esto es algo positivo, pero lo que define a los verdaderos artistas es su visión del mundo y su lenguaje. Ya lo dijo Jean-Luc Godard, la invención del lápiz no hizo que, necesariamente, uno pudiera ser un nuevo Velázquez o un nuevo Rembrandt. Lo mismo pasa con las películas.
-¿Es posible hablar de un cine marplatense sin un público que acompañe estas propuestas? ¿Hay público? ¿Cómo se debería construir?
Es un tema complejo, pero no hay cine sin espectadores. La experiencia me dice que el público se construye con el tiempo. Para ello tienen que surgir propuestas de calidad, además de que es necesario que existan espacios de distribución y exhibición.
-¿Parte del problema es la imposibilidad de profesionalizar las diversas actividades que involucran lo cinematográfico? ¿Hay campo de acción en la ciudad para eso?
Sí, el gran problema es que hay un abismo entre lo que pasa en nuestra ciudad y Buenos Aires. La profesionalización es absolutamente necesaria si queremos superar el nivel de aficionado.
-¿Es posible desarrollar la idea de un cine marplatense, sin el acompañamiento de técnicos y actores que ayuden a modelar una estética?
Todo es parte del mismo problema. Para que haya un desarrollo en serio de la producción cinematográfica y/o audiovisual en la ciudad debemos dar un salto cualitativo en todos los rubros. Las condiciones están dadas.
-¿Cuál cree que es la presencia del Estado comunal y si le parece que debería involucrarse más? ¿En qué aspecto sería más necesario?
La Municipalidad tiene que atender problemas más urgentes y prioritarios, creo yo. Pero seguramente puede contribuir al desarrollo de la actividad generando espacios de formación y reflexión.
-En lo personal, cuando ve un film local, ¿busca algo con cierto nivel de profesionalismo o prefiere profundizar en el terreno de las ideas cinematográficas, aún a costa de cierto amateurismo?
No tengo prejuicios al enfrentarme a cualquier film, pero no le sirve a nadie si uno es condescendiente con la mediocridad. Hay que ser riguroso con todo lo que uno ve. La historia del cine enseña que se pueden hacer buenas películas con pocos medios: John Cassavetes, Jonas Mekas y el neorrealismo italiano pueden servir como ejemplos.