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7500: vuelo de la muerte

75001Título original: 7500
Origen: Japón / EE.UU.
Dirección: Takashi Shimizu
Guión: Craig Rosenberg
Intérpretes: Ryan Kwanten, Amy Smart, Leslie Bibb, Jamie Chung, Scout Taylor-Compton, Nicky Whelan, Jerry Ferrara, Christian Serratos, Alex Frost, Rick Kelly, Johnathon Schaech, Ben Sharples, Rootie J. Boyd
Fotografía: David Tattersall
Montaje: Sean Valla
Música: Tyler Bates
Duración: 97 minutos
Año: 2014
Compañía editora: AVH


4 puntos


Grititos

Por Rodrigo Seijas

(@fancinemamdq)

75002Takashi Shimizu fue un director que en estos primeros años del nuevo milenio se destacó como uno de los principales exponentes del nuevo cine japonés de terror, principalmente a través de la saga de El grito. Su carrera no deja de ser despareja, pero hasta supo adaptarse a la industria hollywoodense y mejorar varios aspectos de lo que era su producción oriental. Por eso no deja de sorprender que 7500: vuelo de la muerte sea tan fallida.

Más todavía porque el argumento, sin ser una maravilla prometía desde su premisa: en un vuelo que va desde Los Angeles a Tokio, mientras atraviesan el Océano Pacífico, los pasajeros comienzan a notar cosas raras. Luego, las muertes se suceden y todos empiezan a pensar seriamente que hay una fuerza sobrenatural que ha invadido el avión. Pero Shimizu se encuentra con una barrera casi inmediata que le resulta imposible resolver: los personajes. Sin en films como El grito el realizador conseguía darle entidad dramática a los protagonistas, exponiendo lentamente sus dilemas, imperfecciones y miserias pasadas que súbitamente se hacían presentes a través del horror, dándole espesor a lo que se estaba narrando y capturando la atención del espectador, en 7500: vuelo de la muerte poco interesa lo que sucede.

Quizás tenga que ver con la gran cantidad de personajes o con el hecho de que el espacio-tiempo único le quita capacidad de maniobra. O incluso por tener que trabajar con un guión ajeno -escrito por Craig Rosenberg (Silencio del más allá)-. Lo cierto es que Shimizu nunca le encuentra la vuelta al relato, casi nunca genera suspenso (y menos miedo), pasa demasiados minutos girando en el vacío y sin concretar el planteo inicial. Hasta desperdicia un elenco repleto de actores secundarios sólidos, como Leslie Bibb, Amy Smart, Jamie Chung, Alex Frost y Johnathon Schaech.

Y aunque el film amaga con levantar en su último tercio, su final, que pretende reconfigurar todo lo anteriormente narrado y convertirse en un drama hecho y derecho -aunque sin resignar tensión-, se revela como una canchereada innecesaria, y hasta un poco cobarde. 7500: vuelo de la muerte nunca levanta vuelo -sí, sabemos que es una metáfora zonza, pero no deja de ser cierta a nivel artístico- y lo peor es que carece de personalidad. Pareciera que Shimizu se hubiera ido en el medio de la filmación, perdiéndose la oportunidad de dejar asentada la sombría mirada espiritual que había desarrollado en su obra previa. De ahí que 7500: vuelo de la muerte quede aprisionada en la intrascendencia.

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