Por Rodrigo Seijas y Mex Faliero
-Lunes 24, a las 23:55 por Fox Classics, El hombre del Oeste. Ultimo western rodado por Anthony Mann en la década del cincuenta, y de los más sólidos, donde el realizador exhibe buena parte de las virtudes que siempre caracterizaron a su cine: la utilización expresiva del paisaje, convertido en un personaje más; la narración consistente, cautivante y de extrema fluidez; y actuaciones -en este caso de un elenco compuesto por Gary Cooper, Julie London y Lee J. Cobb, entre otros- siempre en el tono justo. Un film de atmósfera asfixiante, cimentado en la ambigüedad de los personajes, donde el pasado vuelve a hacerse presente a través de ese vehículo distintivo del Lejano Oeste que es la violencia. Un pequeño clásico.
-Martes 25, a las 22:00 por AMC, El padrino III. En 1990 Francis Ford Coppola clausuraba una de las sagas más importantes de la historia del cine norteamericano y universal, y hasta de alguna forma clausuraría su propia carrera, que a partir de allí comenzaría a tambalear y a poner en dudas si su labor anterior fue un rapto de creatividad o el verdadero trabajo de un genio del cine. Como sea, El padrino III, aún por detrás de sus dos anteriores y notables películas, es el cierre ajustado de la historia de Michael Corleone, personaje que sería indudablemente el centro y cuyo inicio y epílogo en el mundo de la mafia sería abordado con sabiduría por el director, y con gran precisión por el habitualmente pirotécnico Al Pacino. Como toda la saga, un film que habla sobre el destino, la imposibilidad de alejarse de determinados legados familiares y la política como un espacio complejo y cuestionable, extendiendo esto a todos los rincones de la sociedad: la Iglesia católica sería aquí ese espacio deconstruido en su profunda malicia.
-Miércoles 26, a las 22:00 por Fox Classics, Nido de ratas. Elia Kazan es una personalidad conflictiva dentro de Hollywood: por un lado uno de los realizadores más celebrados a partir de una serie de dramas con una fuerte impronta política y hasta social, pero a la vez una especie de traidor que en tiempos de la “Caza de Brujas” delató a sus ex compañeros del Partido Comunista. Como sea, Nido de ratas es una película mayor, centrada en el mundo de los trabajadores portuarios y de la lucha de uno de ellos (Marlon Brando) contra el líder mafioso que los controla. Celebrada en su momento, posteriormente ha sido vista como una anticipación de lo que vendría: el protagonista como delator supremo y la película haciendo apología de esa condición. Más allá de esto, el film es un drama sólido, con actuaciones perfectas y un viaje profundo al drama de un personaje en una instancia crítica.
-Jueves 27, a las 22:00 por Syfy, La llamada. Uno de las mejores cintas de terror que dio Hollywood en el nuevo milenio, que logró el pequeño milagro de superar a la película original japonesa, consolidando las carreras de su director, Gore Verbinski, y su protagonista, Naomi Watts. Un film que retoma las lecciones brindadas por clásicos del género como El exorcista, ofreciendo un relato que se va construyendo a partir del peso específico de sus personajes -de hecho es en buena medida un drama familiar-, para ir consolidando atmósferas tan misteriosas como pesadillescas y arribando a un final a la altura de las expectativas. Como para recuperar esa bella sensación que es el miedo.
-Viernes 28, a las 23:45 por Fox Classics, La captura del Pelham 123. El cine norteamericano de los 70’s estuvo plagado de grandes obras que han quedado como iconos, pero también se valía de enormes películas menores, thrillers ejemplares que aprovechaban el talento artesanal de muchos nombres provenientes de la televisión. De esa madera está hecho Joseph Sargent, quien sin ser un gran realizador era un tipo con una puesta en escena solvente para contar historias de acción y suspenso tan atractivas como climáticas. Esta película (que tuvo su remake hace unos años dirigida por Tony Scott) cuenta el secuestro de un vagón del metro de Nueva York a cargo de un grupo de delincuentes, y la misión que lleva adelante un agente de policía en su lucha minuto a minuto para salvar la vida de los pasajeros. Walter Matthau y Robert Shaw se lucen en un duelo notable, y la película aprovecha magistralmente ese espacio y esa urbanidad singular de la Nueva York de hace cuatro décadas.
-Sábado 29, a las 16:35 por TNT, Toy Story. Gran hito en la historia del cine, esta película germinal de John Lasseter no sólo le daría un sentido a la animación digital (hiriendo de muerte al método tradicional) sino que además instalaría un nombre clave: Pixar. La productora, hasta el momento un apartado menor dentro de Disney, revolucionó con sus historias tan sensibles como complejas el cine animado y el entretenimiento familiar, demostrando que las capas de autoconsciencia que el género experimentaba a través de la televisión podía traspasarse al cine con mayor nivel de profundidad. Y Toy Story es esa película que en primera instancia habla de un grupo de juguetes que tienen vida cuando los humanos no los ven, y que resulta una gran aventura sobre la amistad y sus posibilidades. Pero es también un film que habla (hacia afuera y hacia adentro) sobre la tecnología y los mundos viejos y modernos (a través de las referencias que son Woody y Buzz) luchando, coexistiendo y 
tratando de encontrar un punto de equilibrio. Una obra maestra, y eso que la saga estaba empezando y mejoraría película a película.
-Domingo 30, a las 11:10 por HBO Plus Este, La guerra de las galaxias: Episodio V-El imperio contraataca. Irvin Kirshner dirigiría la mejor entrega de una saga enorme y legendaria, lo cual ya sería mucho decir, pero no viene nada mal explayarse: lo que tenemos es una continuación perfecta, capaz de sostenerse como parte de la trilogía original, pero también como un todo en sí mismo, que retoma los conflictos de su predecesora, expandiéndolos y potenciándolos, con una narración plagada de momentos inolvidables y personajes -nuevos y ya conocidos- trazados con maestría. Acá además es donde Darth Vader se consolida como un villano trágico y complejo, de la mano de una frase que ha ingresado a la historia grande del cine, y que acá no diremos, por respeto al espectador y al gran James Earl Jones.
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