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El ultimátum

heatstroke posterTítulo original: Heatstroke
Origen: EE.UU.
Dirección: Evelyn Purcell
Guión: Anne Brooksbank, Evelyn Purcell, basados en la novela de Hannah Nyala
Intérpretes: Stephen Dorff, Warrick Grier, Calvin Hayward, Svetlana Metkina, Jeanne Nielson, Andrew Roux, Ndalo Stofile, Peter Stormare, Maisie Williams
Fotografía: Ben Nott
Montaje: Ronelle Loots
Diseño de producción: Emilia Roux
Duración: 92 minutos
Año: 2013
Compañía editora: TVE


2 puntos


Una película perdida en el desierto

Por Rodrigo Seijas

(@fancinemamdq)

hearthstroke unoEl póster de El ultimátum es bastante engañoso: muestra a Stephen Dorff al frente, pistola en mano, casi protegiendo a Svetlana Metkina y Maisie Williams. Pero lo cierto es que su rol es protagónico sólo en los primeros minutos: allí, el científico que interpreta Dorff, dedicado a investigar el comportamiento de las hienas, emprende junto a su nueva novia (Metkina) y su hija (Williams) un viaje por el desierto africano. Lo que tenemos en esa media hora inicial es un drama familiar estereotipado al extremo, con un padre que no sabe cómo lidiar con su hija adolescente, que es básicamente una histérica, lo cual afecta en cierto modo su vínculo con su pareja. Son treinta minutos aburridos, sin un solo instante interesante, donde lo único medianamente atrayente es el paisaje africano.

Luego de ese comienzo, hay un giro: el padre y la hija llegan a un mutuo acuerdo para que ella vuelva a su hogar con su madre, pero en el camino se cruzan con unos traficantes de armas, que asesinan al padre y dejan abandonada a la niña, que queda al cuidado de su madrastra, quien deberá protegerla y eludir a los criminales. Ahí uno un poco se lamenta porque Dorff nunca llega a empuñar un arma, aunque surge la ligera esperanza de que el relato levante a partir de distintas dosis de tensión. Pero no, El ultimátum sigue sin levantar, básicamente porque la directora Evelyn Purcell o no sabe qué quiere contar, o ni siquiera le interesa contar algo. En el medio, aparece también Peter Stormare -en plan más mercenario que nunca- como el villano principal, al que interpreta con su exagerado estilo habitual, pero sin aportar complejidad o atractivo a la trama.

En El ultimátum nada funciona: las actuaciones son de cartón corrugado -Metkina y Williams se la pasan compitiendo por ver quién está peor-, los protagonistas jamás están cerca de conseguir empatía -la historia arranca haciendo foco en tres personajes idiotas y luego dos, eso es todo lo que cambia-, hay profundos baches narrativos, una enorme falta de verosimilitud a la hora de diseñar situaciones, gruesas contradicciones en los comportamiento de los personajes, un ritmo cansino que aburre y serios inconvenientes en el montaje. Lo bueno es que la película dura apenas noventa minutos, que sin embargo pasan muy pero muy lentos.

Ejemplo casi extremo de lo malo que puede ser el nivel de las películas directo a DVD, El ultimátum es un film sin ninguna clase de potencia, vacuo y tonto a la vez, del que ni siquiera se entiende la razón de su título en castellano. No hay  ninguna explicación, ya que nunca se ve o entiende que haya un ultimátum. Tampoco lo tenemos a Dorff como un héroe de armas tomar. Pero claro, en realidad no hay una película: en El ultimátum no hay cine, sino tan sólo un rejunte de imágenes y supuestos conflictos sin ninguna clase de coherencia.

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