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“El film aporta una experiencia intercultural”

Por Rodrigo Seijas

(@fancinemamdq)

lingiardiSip´ohi-El lugar del manduré es un documental argentino de Sebastián Lingiardi, que se estrenó recientemente y aborda una temática más que actual: la situación de las comunidades originarias en el país, especialmente la comunidad wichí como es en este caso. A través de la transmisión de relatos orales, el film se convierte en una “experiencia intercultural” como sostiene su director en diálogo con FANCINEMA. Más allá de cómo se llevó a cabo la producción y de qué manera se enlaza esta película en relación al anterior film de Lingiardi, Las pistas, el diálogo pasa por este presente donde la relación del gobierno nacional con algunas comunidades es crítica. Sin embargo para el realizador “el tema se plantea de una manera muy superficial, sin tener en cuenta la historia de lucha de los pueblos” y según su punto de vista la cuestión “sería pensar cómo tender puentes económicos-culturales”.

-¿Qué tipo de conexiones le parece que tiene este film con su anterior largometraje, Las pistas?
Tienen puntos de partida distintos, pero en ambos casos se desarrolla la idea de un “cine intercultural”,  al que así denominamos. Es decir, la película es el resultado de una especie de diálogo audiovisual entre culturas distintas. Quizá la diferencia más importante es que en Las pistas hay un solo relato oral y está al final, mientras que Sip’ohi tiene su base en muchos relatos orales. Además, entre el cine intercultural que proponemos y los relatos, creemos que existe una misma tensión, una hibridación entre la ficción y el documental.

-¿Cómo surgió la idea para la película y de qué manera se fue desarrollando hasta arribar al rodaje?
La idea surge de Gustavo Salvatierra: después de Las pistas nos comentó que sería bueno hacer una película centrándonos más en su cultura y que la podíamos filmar en El Sauzalito -denominación criolla del pueblo en que filmamos, es decir, Sip’ohi-. Como todo documental tuvo una etapa de investigación: ver todas las películas que conseguimos en relación a las comunidades wichí, leer recopilaciones de relatos, definir prioridades de búsqueda, todo en consulta permanente con Gustavo.

-¿De qué manera intervinieron los protagonistas en el proceso creativo del film?
Bueno, principalmente hablábamos mucho. El rodaje duró casi dos meses en convivencia con ellos. Pero además, con Gustavo veníamos trabajando desde antes y teníamos la experiencia de la otra película. Entonces la comunicación era muy precisa. Básicamente todo lo que está en la película es parte de lo hablado con la comunidad.

siphoi-Hay toda una apuesta por parte de la película en cuanto a lo idiomático, ya que está hablada en su totalidad en wichí. ¿Cómo le parece que se piensan los wichís y otros pueblos originarios respecto a la civilización occidental y/o criolla y qué aporte realiza el film en este sentido?
Todas las culturas que existen derivan de tradiciones orales, en esas historias se trasmitían las cosmovisiones, por eso se puede decir que hay algo de esa tradición que nos pertenece a todos. Después, en general, las culturas comienzan a escribir su historia. En el caso de los wichí, ya desde hace más de cuarenta años la lengua se viene sistematizando. Gustavo se dedica y es especialista en ese trabajo. En los últimos años se agrega el fenómeno audiovisual, donde son las mismas comunidades las que se empoderan de los mecanismos de producción audiovisual. Es un proceso que está comenzando y creo que va dar a luz películas sorprendentes. El film aporta una experiencia intercultural, la que tuvimos nosotros, todos los que la hicimos, y la que tendrá el espectador en la sala. Consideramos que esto debería multiplicarse en todos los ámbitos y entre la mayor cantidad de gente posible.

-¿Cómo ha sido la recepción por parte del público en los festivales nacionales e internacionales? ¿Cuáles son las interpretaciones que ve surgir por parte del público y la crítica?
Tanto en los festivales internacionales como en los nacionales, la recepción en general es muy buena. Por ejemplo, en el Festival de Cine de los Pueblos Indígenas -un festival que se realiza en la provincia del Chaco y que tiene como particularidad ser ambulante- se proyectó la película en el mismo Sip’ohi, incluso en la plaza principal donde también filmamos. Ahí la recepción fue emocionante, era como estar viendo una película detrás de una película, que es sobre una película, etcétera, etcétera. Fue muy lindo en verdad y a la comunidad wichí le gustó mucho, de hecho la han vuelto a proyectar por su cuenta varias veces, en la escuela. Después, por un lado, están quienes se interesan más en el aspecto formal de la película o en la cuestión de la enunciación, desde qué lugar está contada la historia. Y por otro, quienes se interesan por los relatos en sí mismos, en lo que cuentan. Esto último para mí es lo más importante o lo que más disfruto de la película. Respecto de la crítica, ha sido muy buena. En el FidMarseille, se habló de una película “etnopoética” y después esa idea fue retomada por otros críticos. Es una concepción distinta a la de “cine intercultural”, pero interroga a la película de una manera interesante y creo que es totalmente válida como idea.

-El film se estrena en un momento de plena escalada de las luchas por la tierra y de otros derechos por parte de diversos pueblos originarios en la Argentina ¿De qué manera piensa que se inscribe esta película dentro de este panorama?
Creo que desde los medios de comunicación en general hay una imagen distorsionada del tema. Si me preguntás mi opinión, considero que claramente hay que luchar por la tierra, podríamos hablar de la socialización de la propiedad privada llegado el caso. Pero la verdad es que el tema se plantea de una manera muy superficial, sin tener en cuenta la historia de lucha de los pueblos, qué tipo de economía quieren desarrollar y de qué forma. La cuestión sería pensar cómo tender puentes económicos-culturales. Volviendo a la película, creo que fue posible por todo lo que está pasando en otras áreas de la sociedad, sobre todo por los logros tanto en educación intercultural bilingüe, como en el departamento de cine indígena de la provincia del Chaco.

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