Por Matías Gelpi
Quien esté informado un poco de los pormenores de los cómics, sabrá que Marvel ya ha publicado infinidad de sucesos en distintos “universos” y líneas temporales: serie tras serie contando orígenes, desarrollos y muertes de los mismos personajes, eventos globales como World War Hulk o Civil War que incluyen a varios personajes, y hasta cruces junto a DC comics en los noventa, donde se podía ver a Batman contra Hulk o a Superman contra Spiderman, e incluso fusiones de personajes como Dark Claw, que era el resultado de la unión de Batman con Wolverine. Pero, debido sobre todo a los irregulares desempeños (tanto en críticas como en taquilla) de las películas basadas en el universo Marvel, y también, en cierta medida a la venta de los derechos de sus personajes a múltiples estudios, hasta esta época nunca había logrado bosquejar un universo propio en el cine mainstream masivo, con nexos entre películas y personajes interactuando en diferentes historias. Por lo tanto, tampoco había logrado incrustar en el público cinematográfico no adepto a los cómics esta idea de mitología propia, la existencia de este mundo imaginario donde aparecen Iron Man o el Capitán América y que estos se puedan juntar a tomar un Martini con Bruce Banner (Hulk).
Marvel ha logrado su éxito actual y la construcción de su universo en el cine, primero, a fuerza de inundar el mercado con sus personajes sistemáticamente en las últimas dos décadas a partir de 1998. Y segundo y más concretamente cuando Marvel Entertainment fue adquirida por Disney en 2009, dando así a la compañía del ratoncito el control de un porcentaje considerable del universo Marvel (esto excluye al día de hoy a los X-Men y a Spiderman, entre otros).
Hoy, que tenemos ánimos historicistas, podemos dividir en dos partes el desarrollo Marvel en el cine de los últimos tiempos. Entre 1998 y 2008 comienzan y concluyen las trilogías de X-Men, Spiderman y Blade, siendo las primeras dos exitosas, emblemáticas y significativas por la popularidad previa de los personajes. También en ese periodo aparecen las olvidables Daredevil (2003), Elektra (2005), The Punisher (2004) y El vengador fantasma (2007). En 2005 y 2007 aparecen respectivamente las dos partes de Los 4 fantásticos, primer equipo de superhéroes de Marvel en los cómics. Como punto alto de toda esa década podemos hablar de Hulk (2003), que para algunos críticos ha sido injustamente infravalorada y para quien escribe piensa que es un tanto irregular.
Podemos decir que ese primer periodo justifica que en el 2008 Marvel Studios comenzara a producir sus propias películas. Aparecen Iron Man y Hulk, el hombre increíble (secuela-reboot de la película de 2003, con el insoportable Edward Norton), se vislumbra por primera vez el proyecto Vengadores, y a partir de allí las películas del estudio en mayor o menor medida se convertirán en múltiples prólogos a Los Vengadores. Les siguieron la irregular Iron Man 2 en 2010, la pequeña Thor en 2011 (película que parece hecha a las apuradas para insertar al dios nórdico en el equipo de superhéroes y que sin embargo termina siendo importantísima argumentalmente para lo que luego serian Los Vengadores), y la más interesante Capitán America: el primer vengador, seguramente la mejor de esta serie, entre cuyos méritos se encuentra la capacidad que tuvo de convertir a un personaje a priori antipático en alguien querible, y que lógicamente debería convertirse en el líder del futuro grupo de superhéroes.
Finalmente en el 2012 llegaron Los Vengadores de la mano de Joss Whedon, que supera las expectativas de éxito, tanto en la crítica como en la venta de entradas. Lo que en principio parecía un insoportable pastiche de personajes, terminó siendo un gran entretenimiento que apela al sentido del humor y al ritmo trepidante, sobre todo en su última hora. Y hasta podemos decir que Whedon calca el final de Transformers: el lado oscuro de la Luna y lo filma con criterio y buenas ideas, algo que parece vedado para Michael Bay.
Con esto termina la Fase 1 y llega Iron Man 3, dando comienzo a la Fase 2. Y esta tercera parte de la historia de Tony Stark termina siendo, en opinión de este crítico, la mejor de todas las que venimos nombrando. Se nota aquí cierta maduración y lo más importante, no carga con la ansiedad de contar algo rápidamente que explique lo que viene. Marvel abrió el juego y ya están en desarrollo unas cuatro películas que culminarían la Fase 2 en mayo de 2015. El comienzo de la Fase 3 será el 6 de noviembre de 2015 con Ant-Man, que será dirigida por ese gran cineasta que es Edgard Wright.
Y mientras tanto, la empresa que tiene a Stan Lee como gurú honorario, está logrando un muy buscado éxito comercial y cumpliendo la ambición de reconstruir el universo de sus personajes una vez más pero en la pantalla grande. En consecuencia, los cómics que han dado origen a los personajes ya son sólo una inspiración, pues las últimas películas se proponen contar historias que sólo tienen continuidad en el cine, y ya no ser adaptaciones fieles.
