Joel Schumacher y Nicolas Cage sumergieron al Festival Internacional de Cine de Toronto (TIFF) en un opresivo suspense con Trespass, la última colaboración entre el director y el actor. Ambos habían trabajado juntos en 8MM.
En Trespass, en la que también interviene Nicole Kidman en el papel de Sarah, la esposa de Kyle (Cage), Schumacher sumerge a sus actores y al público en una claustrofóbica y violenta invasión de una mansión sin un fin claro.
Schumacher habló del cine del presente y mostró sus quejas: «no creo que algunas de las películas que hemos hecho en el pasado se pudiesen haber realizado en el clima actual. Intentar vender Taxi Driver, Atrapado sin salida, Toro salvaje, Un día de furia sería muy difícil. Serían consideradas demasiado arriesgadas»
«Si tienes una franquicia, una secuela, una marca, es más fácil financiar 200 millones de dólares que hacer una de esas porque la ganancia puede ser enorme», explicó. «Y las películas independientes tienen todos los problemas como si va a haber distribución. Pero ahí es donde está el material, donde puedes realmente arriesgarte», agregó.
LAS ACACIAS
Además el festival estrenó una muestra de ese cine independiente y de riesgo con la nacional Las acacias, que ganó este año la Cámara de Oro del Festival de Cannes.
Y su director, Pablo Giorgelli, en declaraciones a EFE, habló sobre los problemas de distribución a los que se refería Schumacher.
«El problema no es el público, sino los exhibidores. En Argentina pasa algo muy extraño que creo pasa en otros lugares. Es la primera vez que Argentina gana la Cámara de Oro de Cannes. Sin embargo, se ha complicado poder estrenar. Aunque finalmente el estreno que vamos a tener está bueno», dijo Giorgelli.