Título original: How Do You Know
Origen: USA
Director: James L. Brooks
Reparto: Reese Witherspoon, Paul Rudd, Jack Nicholson, Owen Wilson, Kathryn Hahn, Shelley Conn, Tony Shalhoub, Yuki Matsuzaki, Domenick Lombardozzi, Mark Linn-Baker, Molly Price, Tara Subkoff
Guión: James L. Brooks
Fotografía: Janusz Kaminski
Montaje: Richard Marks, Tracey Wadmore-Smith
Música: Hans Zimmer
Duración: 122 minutos
Año: 2010
8 puntos
Ambición desde la humildad
Por Rodrigo Seijas
James L. Brooks, ganador del Oscar por La fuerza del cariño, se ha desempeñado en distintos roles (productor, director, guionista) en varios éxitos, como Detrás de las noticias, Jerry Maguire – amor y desafío, Mejor… imposible y Los Simpsons. Su estilo en algunos aspectos parece fuera de época, por el ritmo que adoptan sus tramas, su puesta en escena sin alardes estilísticos y la forma en que aborda temas como el amor, la amistad, el profesionalismo, la paternidad/maternidad y la pareja. Sus personajes son como piezas en construcción: imperfectos, siempre en busca de respuestas, sin alcanzar certezas completas incluso sobre el final de cada relato. En el cine de Brooks, el gran triunfo para los protagonistas, el final feliz, pasaba por tomar decisiones sin tener totales certezas, pero venciendo los miedos.
Sin embargo, su último film, Espanglish, había mostrado notables flaquezas, que pasaban, más que nada, por las certezas, por las respuestas prefijadas. El film protagonizado por Adam Sandler, Téa Leoni y Paz Vega era una constante bajada de línea sobre el matrimonio, donde Brooks forzaba a los personajes a seguir sus concepciones sobre esa institución, aún a pesar de las incoherencias que surgían en el relato. No había dudas reales en Espanglish, y eso la terminaba convirtiendo en conservadora. Si le sumamos a esto algunas actuaciones totalmente fuera de tono (Leoni a la cabeza) y una recurrencia absoluta de planos-contraplanos que afeaban la cinta por completo, el saldo terminaba siendo muy negativo.
Ciertos antecedentes previos no anunciaban algo mucho mejor con respecto a ¿Cómo saber si es amor?: un rodaje muy problemático, que infló el costo de producción hasta los 120 millones de dólares; reseñas catastróficas por parte de los críticos; y una recaudación muy pobre, producto de la indiferencia de los espectadores. Y sin embargo, la película es toda una sorpresita, a partir de una recuperación (o una vuelta más bien) de la sensibilidad que caracterizaba (y caracteriza) a Brooks.
¿Cómo saber si es amor? presenta las desventuras de una jugadora de softball a la que están forzando al retiro (Reese Witherspoon, dejando de lado su pulsión por ser una actriz “importante”), con una crisis de edad, que a la vez tiene que decidir entre un jugador de béisbol (Owen Wilson, llevando con liviandad y efectividad su papel de playboy tan irresponsable como sensible) y un ejecutivo en problemas legales (Paul Rudd, siempre acertando el tono), lidiando con una figura paterna que lo ahoga (Jack Nicholson, retomando la ambigüedad de sus mejores personajes). Uno de los primeros aciertos del realizador es no cargar las tintas con los distintos conflictos que aparecen a lo largo de la trama, vinculando la sobriedad de la puesta en escena y del guión. Luego, no depositar los conflictos en villanos o contextos adversos, sino en los propios personajes. Finalmente, asignarle a cada uno de los protagonistas un desarrollo apropiado, reconociendo tanto sus virtudes como sus defectos.
En ¿Cómo saber si es amor? todos cometen errores, tienen dudas, están avanzando y retrocediendo permanentemente. De hecho, el gran interrogante principal, que le da nombre a la película, sobre la naturaleza del amor, y la seguridad que uno puede tener sobre si los sentimientos que se tienen por otro son sólidos y se está verdaderamente enamorado, nunca terminan de responderse por completo. La Lisa que encarna Witherspoon, en su elección, tan feliz como llena de posibles fluctuaciones, se asemeja al Melvin Udall de Mejor… imposible, o a Jerry Maguire.
Es en su humildad para aceptar que no tiene todas las respuestas donde ¿Cómo saber si es amor? se torna, paradójicamente, más ambiciosa. Y vuelve a colocar a James L. Brooks en el tablero de los realizadores a tener en cuenta dentro del panorama del cine norteamericano.