Un documental estrenado en el Festival de Cine de Venecia explora el trauma de los soldados estadounidenses que regresan de la guerra en Irak y luchan por volver a su vida normal con poca -o ninguna- ayuda del Ejército.
La periodista italiana Monica Maggioni llamó a su película Ward 54, en referencia al ala psiquiátrica del Hospital Walter Reed que trata a los veteranos del Ejército en Washington.
A través del vívido relato del soldado Kristofer Goldsmith y el de la familia de un marine que se suicidó tras regresar de Irak, la historia aborda un fenómeno cada vez más alarmante que continúa siendo tabú.
El número de suicidios en el Ejército estadounidense aumentó exponencialmente desde el 2001 y en el 2009 superó a la cifra de caídos en combate, de acuerdo a la revista especializada Army Times. Un promedio de 18 veteranos acaban con sus vidas todos los días.
«El desorden de estrés postraumático es algo que, al menos mientras estaba allí, nadie quería admitir», dijo Goldsmith en una entrevista. «Las fuerzas armadas tienen una cultura de la dureza (…) Ser visto como alguien quebrado, ya sea física o mentalmente, parece una deshonra», dijo el ex soldado, que rompió en lágrimas cuando el documental recibió un cálido aplauso en Venecia.
La tarea de Goldsmith, enviado a Irak en el 2005 a los 20 años, era fotografiar y clasificar cadáveres iraquíes. Tras recibir la orden de tomar primeros planos de unos cuerpos en una fosa común en Bagdad, algo ocurrió adentro suyo y comenzó a sufrir pesadillas. De regreso en su país buscó ayuda, aunque nadie pareció entender su profunda desesperación. Cuando le diagnosticaron una profunda depresión, solicitó la baja del Ejército. Pero fue enviado nuevamente a Irak. Estigmatizado por intentar suicidarse, Goldsmith está ahora inmerso en una batalla legal para obtener una baja honorable de las fuerzas armadas, sin la cual no podrá recibir un préstamo que le permitiría ingresar a la universidad.
«Si uno sufre heridas físicas en un combate, si pierdes una pierna, una mano o recibes metralla (…) Estados Unidos parece verte como un héroe. Mientras que si regresas con heridas invisibles, con heridas emocionales o mentales, parece que la cultura estadounidense no reacciona de la misma manera», afirmó.
Maggioni dijo que tras pasar años contando las historias de los soldados estadounidenses en el frente de batalla, quiso ver lo que ocurría cuando regresaban a su hogar.
«El problema es estar más y más atentos a lo que ocurre con los muchachos cuando vuelven, incluso si simulan no tener ningún problema porque temen las consecuencias», sostuvo.
(Fuente: Reuters)