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Te amo, hermano

Nombre Original: I love yoy, man
Origen: EE.UU.
Director: John Hamburg
Reparto: Paul Rudd, Jason Segel, Rashida Jones, Sarah Burns
Guión: John Hamburg, Larry Levin
Fotografía: Lawrence Sher
Música: Theodore Shapiro
Montaje: William Kerr
Duración: 105 minutos
Año: 2009


Apetito por la destrucción

Por Mex Faliero

Hay un tema recurrente que aparece como obsesión en la comedia norteamericana de los últimos años, esa generación comandada por los Adam Sandler, los Will Ferrell o los Ben Stiller, y es la necesidad de sacar el Hyde que oculta el Jekyll. Nada más correcto que hablar de generación porque se trata de un dilema generacional: los mencionados vinieron a suplantar a los Steve Martin, los Robin Williams, los Eddie Murphy, que reinaron entre los 80’s y los 90’s. Se sabe, la comedia sigue siendo considerada un género menor. ¿Cree que no? haga esta prueba: pregúntele a la gente qué opina de Anthony Hopkins, Al Pacino o Kevin Spacey y le dirán que son “estupendos actores”. Pruebe de hacer lo mismo con Stiller, Sandler, Ferrell o Jack Black y le dirán que son “estupendos comediantes”. No los consideran actores.

Se sabe, lo peor para la comedia es cuando el actor crece y le agarra el malvenido cargo de conciencia. A la generación de los 80’s le pasó eso. El dilema para los comediantes actuales es entonces, ante la evidencia de que nunca serán tomados en serio hagan lo que hagan, optar por mandar todo al carajo y con total apetito por la destrucción dejar de dar lástima y permitir que salga el monstruo ese que llevamos adentro. Ese que la comedia, como ningún otro género, debe promover desde su postura satírica. Un ejemplo de cómo les puede ir a estos tipos si caen en la tentación es Click, esa porquería que hizo Sandler para probar que era un buen padre.

En este contexto, el lugar que ocupa Te amo, hermano es interesante. Si bien es una película genial y compleja a pesar de su simpleza, tampoco es lo mejor de este grupo de obras. Sin embargo, y tal vez sin proponérselo, con cristalina certeza el film de John Hamburg resulta una especie de manifiesto fílmico para la generación citada. Y si este cine tiene como hábito ser una procesadora de referencias a la cultura pop, qué mejor que la presencia de Lou Ferrigno haciendo de él mismo, para construir una de las metáforas más perfectas que ha dado la comedia moderna norteamericana. Ferrigno, aquel actor que se hizo famoso interpretando al Hyde verdoso del Jekyll doctor Bruce Banner, hace que por primera vez la referencia pop se convierta en concepto tan nítidamente. Este es un cine Hulk: rompan todo.

Te amo, hermano tiene un punto de inicio disparatado: un fulano a punto de casarse (ese sorprendente comediante sencillo que es Paul Rudd) se va a casar y descubre que no tiene ningún amigo del alma que le salga de padrino de bodas. Por lo tanto sale a conseguirlo y tras mucho buscar, termina congeniando con alguien que es su verdadero opuesto (un Jason Segel aprovechado al máximo). Hamburg usa todos los recursos de la comedia romántica y los explota al cuadrado: Rudd no tendrá una pareja que cuidar, sino dos, ya que la relación con su nuevo amigo atravesará todas las etapas posibles. El protagonista, además, en su trabajo de agente de bienes raíces tendrá que vender la casa de Ferrigno. Así es como todo se relaciona en un juego constante que habla de cómo alguien enjuto y pacato, logra exteriorizar lo reprimido. No hay lecciones de vida ni moralinas, todo es explosión y delirio.

Sin dudas que el nombre clave aquí es Hamburg: especialista en jugar con la doble moral, fue guionista de La familia de mi novia pero, más y mejor, director de esa maravilla llamada Mi novia Polly, donde precisamente “sacaba” de su lugar al pacato que interpretaba Stiller. Decididamente este hombre sabe de comedia y de cómo hacer que la comedia deje de lado cualquier atisbo de corrección y sensiblería. De hecho, la escatología es uno de sus puntos fuertes, aunque es un estilista: con sólo ver cómo construye una enorme secuencia humorística alrededor de un pedo, uno ya puede intuir que Hamburg apunta allí, al otro lado de donde todos miran. Hyde esta al acecho, déjalo salir.

8 puntos

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