El director Roger Kumble replica algunos de los grandes éxitos de su carrera con esta comedia romántica que quiere ser un poco salvaje y se queda en el preescolar.
La película de Scott Mann exige por parte del espectador la suspensión de la credulidad, y a cambio ofrece algunas buenas secuencias de acción a varios metros de altura.
La nueva continuación del clásico de John Carpenter no logra sostener las expectativas generadas, y se pierde entre homenajes, citas y pobres ideas de puesta en escena.