Jason Reitman aborda una historia real: la campaña presidencial de Gary Hart, un candidato demócrata que se tuvo que bajar por un escándalo privado. Un film con elementos atractivos, pero lejos de lo mejor del director.
Esta comedia que reúne a un grupo de notables veteranos, es un producto que busca ser provocador pero no incomoda a nadie y que, para peor, busca colgarse de asuntos del presente para congraciarse con el público.