Esta comedia navideña con Jillian Bell e Isla Fisher pretende darle una vuelta de tuerca a los cuentos de hadas, pero le falta ingenio y sensibilidad para ser mínimamente trascendente.
Michael Bay lo logró: hizo la peor película de Transformers posible, dentro de una saga poblada de películas horribles. Una pérdida de tiempo y de dinero.