Este film codirigido entre Malgorzata Szumowska y Michal Englert mezcla el drama social con el realismo mágico, en un cruce de estilos que lo vuelven más extraño que efectivo.
Pese a un tono marcadamente en consonancia con la típica crueldad del cine europeo contemporáneo, hay un aspecto misterioso y fascinante en esta historia de máscaras verdaderas.