Un biopic que alcanza sus mejores momentos cuando arriesga formalmente y elude las convenciones del género, para narrar los últimos años en la vida del escritor Stefan Zweig.
Esta vuelta de tuerca a la saga de acción antes protagonizada por Jason Statham peca de seriedad, cuando el planteo inicial daba para el delirio absoluto. Y eso es todo culpa de Luc Besson.