La película, que adapta un capítulo de la novela de Bram Stoker, pide a gritos un director con más personalidad, que el mero buen artesano de André Øvredal.
Un film de terror español que conoce perfectamente las reglas del género, pero que no puede separarse ni un milímetro de los lugares comunes sin mayor creatividad.
La cuarta y presumible última entrega de la saga intenta cerrar la historia con el origen escabroso de su psíquica principal, convirtiéndose en la más floja de la franquicia.
Un nuevo y reciclado cuento de brujas regresando del más allá, cuando son molestadas por jóvenes traviesos, que por poco se salva de caer en la mediocridad.