En su segundo film como realizador, Russell Crowe falla por completo al querer combinar el drama con el thriller, en un relato plagado de vueltas de tuerca totalmente arbitrarias.
El nuevo film de Derek Cianfrance puede caer fácilmente en unos cuantos malentendidos, pero presenta un relato mucho más sólido, profundo e interesante de lo que parece.