La segunda parte de Jurassic World podría ser más de lo mismo y sólo cumplir, sin embargo se renueva a pura creación de climas con un director al que se dio libertad de acción y fue muy bien aprovechada.
Bajo el refugio de la belleza y la elegancia, Wright construye un testimonio didáctico sobre el orgullo británico encarnado en la grotesca figura de Churchill.