Guy Ritchie se adentra en el género bélico con un film que tiene algunos tramos bastante atractivos, pero otros donde no puede escapar a convencionalismos narrativos y discursivos.
Una historia más de los dilemas éticos y morales que presenta el frente de combate y la difusa línea que separa la justicia civil de la militar, narrada de la manera más pasteurizada y sosa posible.