Damien Chazelle se prueba en una película de alto presupuesto, acertando en los pasajes más personales y fallando en aquellos que exigen cierta conexión emocional.
El film dirigido por Luc Besson, inspirado en el cómic de culto, no es más que un compendio de situaciones forzadas llenas de lugares comunes y jugadas en espacios confusos.