La secuela de La ola, el film noruego que marcó una diferencia en el cine catástrofe no mainstream, no iguala a su predecesora pero tampoco deja de convertirse en una opción al menos interesante.
El cine catástrofe no es potestad de Hollywood y así lo demuestra esta humilde producción convincente a la hora de mostrar la tragedia proporcionada por un fenómeno natural devastador.