Título original: Ídem // Origen: Argentina / México // Dirección: Paula Markovitch // Guión: Paula Markovitch // Intérpretes: Ángeles Pradal, Abián Vainstein, Isabella Ramírez // Fotografía: Claudio Rocha // Dirección de arte: Lorena Stricker // Música: Sergio Gurrola // Duración: 94 minutos // Año: 2023 //
8 puntos
CAÍDA LIBRE
Por Cristian A. Mangini
El último film de Paula Markovitch, Ángeles, podría encuadrarse como un drama social con elementos neorrealistas, ambientado en el conurbano de una ciudad latinoamericana. Sin embargo, a pesar de todo su clasicismo, hay en su apuesta elementos inquietantes que le dan relieve a una narración que no deja indiferente. En particular un desenlace que funciona en varios niveles con los personajes y es orgánico con el relato de la película.
En el film se destaca el peso de la figura humana y el trabajo de la directora demuestra un gran dominio en el trabajo con niños. La película es dominada por la presencia magnética de la joven actriz que interpreta a Ángeles y su título hace referencia a cierta vulnerabilidad impoluta de la niñez, pero también al desamparo de la marginalidad y la perdida como algo naturalizado que asoma entre los diálogos y la actuación. La herramienta formal que sostiene a Ángeles es el plano largo y es un elemento sobre el que reposa la mirada de la protagonista y la del espectador, que va construyendo la realidad del film entre edificios abandonados, construcciones en ruinas, calles estrechas y rutas interminables que son una transición a los pequeños refugios donde son felices las hermanas protagonistas: una sala de videojuegos en un shopping, una heladería o incluso el interior de un auto. La felicidad aparece en forma fragmentaria entre las lagunas de momentos desoladores que ilustran la película.
Y esto nos lleva a hablar un poco de la trama. Ángeles nos pone en el lugar de dos niñas que son vendedoras ambulantes, tratando de sobrevivir en la calle con lo que ganan de los caramelos. Las referencias a los padres son vagas y sabemos que son huerfanas, refugiándose temporalmente con David, un hombre de mediana edad abatido por la depresión y la desesperanza, que trabaja en un estacionamiento. Es este encuentro lo que da lugar a momentos cargados de ternura y nos muestra, aunque sea un cliché, como en los pequeños momentos puede haber un sentido y una luz de esperanza. Sin embargo, lo notable del film es la honestidad y sencillez con la que maneja los momentos emotivos. De la misma forma que estos momentos no aparecen entre fuegos artificiales o música efectista, tampoco la confesión de que David piensa suicidarse. Es una confesión seca, dicha al pasar entre otras líneas de diálogo, dirigida a una niña que apenas puede comprender su decisión. A partir de este momento el film toma un tono de elegía inevitable, los momentos se suceden pero la decisión esta tomada y es una cuenta regresiva hacia lo inevitable. El desenlace se presenta de forma ambigua y refiere a la necesidad de las niñas de dejar atras aquel refugio que tuvieron en la figura de David, un relato de resiliencia que se sostiene hasta el plano final.
Ángeles es un relato que abraza sus influencias clásicas y explora algunos giros en el relato que le dan relieve sin abandonar el verosimil, al mismo tiempo que domina las herramientas formales que utiliza con destreza.
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