
Título original: Nezha: Mo tong nao hai // Origen: China // Dirección: Yu Yang // Guión: Yu Yang, inspirado en la novela Investidura de los dioses, de Xixing Lu y Zhonglin Xu // Voces: Yanting Lü, Joseph, Mo Han, Hao Chen, Yuze Han, Qi Lü, Yu Yang // Dirección de arte: Devaraj Balakrishnan // Dirección de producción: Joaquín Dz Gutiérrez // Música: Roc Chen, Wan Pin Chu, Rui Yang // Duración: 144 minutos // Año: 2025
6 puntos
UN MUNDO EXPANSIVO
Por Rodrigo Seijas
(@rodma28)
Parte del material promocional de Ne Zha 2: el renacer del alma habla de que estamos ante un “fenómeno global”, lo cual en parte es correcto y en parte no tanto. Es que estamos, indudablemente, ante un fenómeno de público enorme: la película animada más taquillera de la historia, con más de 2000 millones de dólares (muy por encima de Intensa-Mente 2), y la que ha tenido la recaudación más grande en un solo mercado por un margen abismal, con más de 1800 millones solo en China (el récord previo pertenecía a Star Wars: el despertar de la fuerza, con algo más de 900 millones en Estados Unidos). Ahora bien, su alcance no es realmente global: casi el 90% de las entradas vendidas corresponden a un solo territorio y en el resto del mundo estuvo lejos de ser un éxito. Lo cual es lógico, porque su material de base es una novela china del Siglo XVI, Investidura de los dioses, escrita durante la Dinastía Ming y que se ha mantenido a lo largo del tiempo como parte relevante de la cultura de su país, aunque no es tan conocida en otras partes del globo, como Occidente. Por eso no se termina de entender la pertinencia de su lanzamiento en la Argentina, especialmente si tomamos en consideración que la primera entrega, estrenada en el 2019, no llegó a nuestros cines.
Todo lo anterior lo mencionamos porque se hace un poco difícil sacar conclusiones sobre Ne Zha 2: el renacer del alma, ya que la experiencia del visionado es un tanto desafiante, debido a una narración con una multitud de elementos que no son muy populares por estos lares y que encima es una continuación. El primer film presentaba a Ne Zha, un niño marcado por una antigua profecía que lo señalaba como una encarnación del mal y que estaba destinado a morir a los tres años, pero que terminaba entablando amistad con Aobing, tercer hijo del Rey Dragón y quien se suponía tenía que ser su enemigo, y salvando a la aldea que lo había rechazado. La secuela no se detiene a brindar explicaciones o introducciones, y en cambio retoma casi inmediatamente después de su predecesora, con Ne Zha y Aobing, cuyos cuerpos habían sido destruidos, recuperando sus formas físicas. A partir de ahí, se iniciará una nueva etapa del camino del héroe, una que involucrará viajes, salvatajes y toda clase de batallas en un mundo que se ampliará considerablemente.
En Ne Zha 2: el renacer del alma pasa de todo y hay una multitud de giros narrativos, que evidencian la ambición narrativa del film dirigido por Yu Yang, a tal punto que eso le termina jugando en contra. Los más de 140 minutos (que contrastan con los 110 de la primera entrega) se sienten estirados y excesivos, en un regodeo de tramas y subtramas que requieren de un espectador no solo familiarizado con la fuente literaria, sino también con el imaginario de la saga cinematográfica, en la que todo está servido para una tercera entrega. A cambio, hay un diseño visual por momentos bellísimo, que en muchos tramos se convierte en un personaje más, además de varios pasajes de un humor físico bastante efectivo, que compensa la solemnidad que atraviesa ciertos tramos, particularmente hacia el final. Pero lo que queda más patente es que Ne Zha 2: el renacer del alma funciona mucho mejor cuando va al hueso y se permite ahondar en temas universales, como el aprendizaje, la construcción de identidad y los lazos entre padres e hijos. Eso no quita que la experiencia de verla es como empezar la trilogía de El Señor de los Anillos con Las dos torres.
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