Del martes 11 de noviembre al domingo 7 de diciembre se llevará a cabo en la Sala Leopoldo Lugones del Teatro San Martín (Av. Corrientes 1530) un ciclo denominado Desde Finlandia con amor: Todo Kaurismäki.
El programa está integrado por los dieciocho largometrajes dirigidos a lo largo de la carrera del gran cineasta finlandés Aki Kaurismäki, uno de los más destacados e influyentes de las últimas cuatro décadas. El ciclo está organizado por el Complejo Teatral de Buenos Aires, dependiente del Ministerio de Cultura de la Ciudad, junto con el Instituto Iberoamericano de Finlandia, la Finnish Film Foundation, la Embajada de Finlandia en Buenos Aires y la Fundación Cinemateca Argentina.
“Su pasado como trabajador manual pone a Aki Kaurismäki en sintonía directa con los héroes de sus películas, que trabajan en mataderos (Crimen y castigo, 1983), empresas pesqueras (Sindicato de calamares, 1985), minas (Ariel, 1988) o fábricas (La chica de la fábrica de fósforos, 1989), manejan camiones de basura (Sombras en el paraíso, 1986) o se desempeñan en la cocina de un restaurante (Nubes pasajeras, 1996). Si hay alguna forma de neorrealismo en su obra, se trata en tal caso de un neorrealismo abstraído, arrancado de la realidad ‘tal como se la ve ahí afuera’ y recompuesto en una realidad alterna: el mundo según Aki. Un segundo dato biográfico a considerar son las ingentes dosis de consumo cinéfilo por parte del autor, casi tan importantes como las de vodka y dando por resultado un cine altamente contaminado por otros. El laconismo de los personajes y el ascetismo de la puesta en escena, proverbiales, derivan directamente de Robert Bresson; el gag visual-geométrico, de la dupla Keaton-Tati; el aire oscuro y fatalista, del film noir; el mundo moral pintado en blanco y negro, del melodrama; el vacío existencial, de Antonioni; la camaradería entre pares, de los westerns de John Ford. Pero también pueden advertirse huellas de humanismo chapliniano, con sus héroes vagabundos lastimados por la sociedad y siempre acompañados de perritos (en El hombre sin pasado, 2002); la recuperación del melodrama social estilo Warner Bros. de los años ’40 (en Ariel); la línea de la comedia negra en Yo contraté a un asesino a sueldo (1990); el gusto por las road movies, expresado en los desplazamientos y las rutas de Cuida tu bufanda, Tatiana (1993); la reposición del folletín mudo en Juha (1999); la relectura del cuento de hadas social, à la Frank Capra, en Nubes pasajeras”. (Horacio Bernades, Página/12).
Las entradas pueden adquirirse por boletería y en la web, una semana antes del inicio del ciclo.
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