
Por Patricio Beltrami
NdR: este artículo contiene spoilers.
Heredada de la vieja planificación, Marvel Television y Disney no han ocultado su desinterés por Ironheart. Lanzada en dos tandas de tres episodios, el tercer capítulo debía presentar un cliffhanger atractivo para captar el interés de un público desencantado. Pero la apuesta por el costado dramático de los personajes y los conflictos en detrimento de la acción y lo lúdico no termina de funcionar. Escrito por Francesca Gailes y Jacqueline Gailes y dirigido por Samantha Bailey, We in danger, girl arranca con el clima festivo que se irá diluyendo hasta hundirse en odio, tristeza y sed de venganza al final del capítulo. Rápidamente, se abren varios frentes de conflicto para Riri Williams (Dominique Thorne) como consecuencias de su vida criminal. Pese a que Parker Robbins/The Hood (Anthony Ramos) busca mantener la paz en su banda de cara a un nuevo sabotaje, John (Manny Montana) confronta a Riri por su interés en la capa del líder. Además de los cuestionamientos de Xavier (Matthew Elam) y Ronnie (Anji White), la ingeniera enfrenta los chantajes de Joe McGillicuddy (Alden Ehrenreich) y de N.A.T.A.L.I.E. (Lyric Ross). Tantas ventanas abiertas perjudican a We in danger, girl, ya que los fantasmas del pasado y la crisis de moral crecerán hasta explotar como ataques de pánico. No sólo Riri descubre que N.A.T.A.L.I.E. tiene cualidades más cercanas a su amiga que a un sistema operativo, sino que una visita al taller de su padrastro Gary (LaRoyce Hawkins) la desestabiliza emocionalmente. Quizás lo más predecible del capítulo ocurre en la casa de Joe, donde se revela, fallido paso de comedia mediante, que en realidad es Ezekiel Stane, el hijo del villano de Iron Man. Y aunque esto explica su rechazo al uso de tecnología para crear armas, acepta ayudar a Riri para que acabe sus días como criminal con la condición de no quedar pegado en sus fechorías. Desde allí todo se irá en picada. Cuando la policía llega a su casa para investigar la muerte de Rampage (Eric André), Riri comprende que The Hood no permite cabos sueltos. Enfrentada con John y presionada por una misión imposible, la joven toma la peor decisión posible: buscará conseguir una muestra de la capa roja para hallar el punto débil de un villano aparentemente invencible. Sin considerar el tenor de las consecuencias, un Ironheart manejado por N.A.T.A.L.I.E. queda fuera de una fortaleza a prueba de tecnología y metales mientras la banda se infiltra y sabotea el lugar, y Riri ingresa en secreto para robar un trozo de tela. Todo marcha según el plan, incluso el chantaje de Robbins al empresario Hunter Mason (David Vaughn), hasta que, presa de su ambición, Riri provoca que el sistema de defensa se active, poniendo en riesgo la vida de los criminales. Mientras la banda se sofoca, The Hood asesina a Mason y queda rodeado por una decena de agentes de seguridad. Feliz por haber conseguido una pieza de la capa, Riri le pide a N.A.T.A.L.I.E. que salve a sus compañeros. Sin embargo, su plan cambia cuando John descubre que intenta escapar con un pedazo de capucha. Tras pelear ferozmente hasta que caen al borde de la asfixia, Ironheart irrumpe para rescatar a Riri, condenando a John a una muerte segura. Cuando la banda está a salvo, Riri le informa a Parker que su primo ha muerto en la misión. Mientras la joven en su casa cae presa de un ataque de pánico por las consecuencias de todos sus actos, una entidad sobrenatural le revela a The Hood que la ingeniera fue la culpable por el fatal destino de John. El gran problema que posee We in danger, girl es que este cierre que acumula malas decisiones, errores y tragedias resulta poco atractivo desde la puesta en escena y previsible en cuanto a las resoluciones y repercusiones. A su vez, Ironheart prescinde de John, uno de los pocos personajes que mostraba matices dentro de una historia bastante lineal y superficial. Quizás esto puede marcar un punto de no retorno para la heroína y el villano, quizás también se haya abierto la puerta para la llegada de un peligro más grande que pueda otorgarle más vigor a una miniserie que hasta el momento ha carecido de atractivo.
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