
Título original: Ídem // Origen: EE.UU. // Dirección: Stephen Chbosky // Guión: Liz Maccie, Jody Scaravella // Intérpretes: Vince Vaughn, Lorraine Bracco, Talia Shire, Brenda Vaccaro, Joe Manganiello, Drea de Matteo, Susan Sarandon, Linda Cardellini, Campbell Scott // Fotografía: Florian Ballhaus // Edición: Anne McCabe // Música: Marcelo Zarvos // Duración: 111 minutos // Año: 2025 // Plataforma: Netflix
6 puntos
LA IDENTIDAD ES UN RESTAURANTE
Por Rodrigo Seijas
(@rodma28)
Casi en silencio, dándole muy poca difusión, Netflix lanzó Nonnas, a pesar de tener unos cuantos elementos que la podían convertir en un “crowd-pleaser”. Es decir, en uno de esos pequeños éxitos son vistos y comentados por una gran cantidad de espectadores, en especial adultos. Estamos hablando de una comedia dramática que explora temas como los vínculos materno-filiales, la transmisión de tradiciones, las conexiones intergeneracionales y los desafíos que implica tratar de llevar adelante un emprendimiento propio. Y que encima lo hace poniéndonos frente a nuestros ojos un montón de comida italiana. ¿Qué más se podía pedir?
Convengamos que, si uno toma en consideración los nombres involucrados, Nonnas podría haber dado bastante más. No solo el gran Vince Vaughn en el protagónico, sino también un reparto integrado por Joe Manganiello, Drea de Matteo, Linda Cardellini, Lorraine Bracco, Talia Shire y Branda Vaccaro. A eso hay que sumarle en la dirección a Stephen Chbosky, realizador de Extraordinario, una de esas películas capaces de utilizar un tema complejo como disparador para explorar una multiplicidad de emociones y dilemas afectivos sin caer en manipulaciones y golpes bajos. Acá había terreno fértil para que Chbosky obtuviera un logro similar, a partir de la historia real de Joe Scaravella (Vaughn), un tipo algo atascado en un trabajo de medio pelo que, tras la muerte de su madre, a la que cuidó hasta el final, decide darle un giro a su vida abriendo un restaurante italiano en Staten Island que busca recuperar las típicas experiencias gastronómicas que suelen estar asociadas a lo familiar e infantil. Para eso, elige como cocineras a un variopinto conjunto de mujeres en edad jubilatoria, pero con ganas de compartir sus saberes culinarios asociados a tradiciones casi indestructibles. Claro que el camino para que el emprendimiento sea un éxito será arduo y pondrá su economía, ánimo y hasta convicciones a prueba.
Quizás la mayor falencia de Nonnas sea que no consigue ir más allá de lo que podía esperarse a partir de su planteo central y encontrarle otros matices al mundo pequeño que retrata. De hecho, al relato le cuesta romper con los estereotipos habitual al momento de desplegar su galería de personajes, con la excepción de Joe, un tipo que busca con ese restaurante al que le pone todas sus fichas no solo recuperar parte del lazo afectivo que se le fue con la partida de su madre, sino también consolidar una identidad propia, algo que le dé un real sentido a su vida. Si el film es capaz de reflejar estos dilemas que atraviesa Joe a partir de ciertos gestos y miradas -que ratifican la sutil expresividad que caracteriza a Vaughn cuando las circunstancias lo requieren-, no ocurre lo mismo con los otros personajes, que en casi todos los casos deben manifestar lo que les pasa a través de las palabras.
Claro que esa previsibilidad es también una pequeña fortaleza para la película, que acumula lugares comunes con honestidad y no pretende dar lecciones más allá de las esperables. Esa coherencia hace que Nonnas sea bastante efectiva en los objetivos que se propone, es decir, ser relativamente disfrutable en los pasajes cómicos y ligeramente conmovedora en los más dramáticos. Y si bien es cierto que la historia podía haber sido más potente, también lo es que la empatía que genera, a partir de una narración y protagonistas que se sienten cercanos, como espejos de los deseos y vocaciones de cualquier espectador.
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