
Por Emiliano Attadia
Veinte años atrás, el 30 de diciembre de 2004, la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, y el país en su conjunto, sufrió una de las peores tragedias. El local bailable República de Cromañón recibió a miles de fanáticos de la banda de rock barrial Callejeros (había tocado también los dos días previos) superando la capacidad de permitida; al comienzo del show un elemento de pirotecnia daña la media sombra que se ubicaba en el techo del lugar, ocasionando 194 muertes y un sinfín de heridos con múltiples secuelas que arrastran hasta nuestros días. Retrotraer nuestras mentes dos décadas atrás es complejo; un mundo mucho más analógico, con locales como Lokuras para la compra de entradas en físico, zapatillas Topper, menos celulares. Durante estos años hubo juicios, culpables, lágrimas, pero no todos recuerdan cómo fueron los hechos precisos antes, durante y después de la tragedia; por eso aparece la serie de Cromañón para narrar estas cuestiones y para tener una idea aún más precisa de lo sucedido entrevistamos a Natalia Tedesco, sobreviviente: “Me presto a visibilizar lo que sucedió, porque la historia se tiene que conocer para no volverse a repetir. Hoy Cromañón en esta situación sí puede volver a pasar, y no hablo de este gobierno en particular. Hay todavía lugares que no tienen las medidas de seguridad adecuadas y es necesario que los pibes lo entiendan”.
La miniserie de ocho capítulos se centra en Malena (Olivia Nuss) que forma parte de un grupo de amigos de Villa Celina. La misma comienza el 25 de diciembre de 2004 hasta cuatro años después de la tragedia, cuando se realiza el juicio a los responsables. El quinto capítulo abarca todo lo acontecido en Cromañón desde la perspectiva de los que presenciaron el recital. ¿Qué recordás de ese día?
–En el momento que se prende fuego la media sombra estaba en el medio de una ronda donde estaban mis amigos, entre ellos Matías. Yo creo que lo que me salva es que no me desespero adentro, no entré en shock. Pero no me desespero porque antes de entrar al lugar estábamos estacionando el auto y Lucas, el hermano de Matías, le dice “che, viste que la semana pasada cuando tocó La 25 en se armó quilombo, salieron todos y volvieron a entrar”; entonces cuando estaba siendo movida de un lugar a otro por la multitud con mi amiga Sole, que estaba preocupada, le recordé la charla de horas antes, porque tenía esa idea en ese momento: que íbamos a salir y volver a entrar. Yo recién salí cuando llegaron los bomberos, pero no sé quién me dio la mano, de hecho la serie me hizo reflexionar más en esa persona que me sacó del lugar. Por eso todo lo que muestran de Malena, que se cae y se queda ahí, es un poco lo que me pasó. También se expone muy bien cuando están todos como muy mareados, era tal cual lo que me pasó a mí. Pedí que saquen a mi amiga, pero no sé si sacaron a ella u otra persona; ni bien salí empecé a buscar a mi gente, aunque con esa sensación aturdida que te muestra la serie. Después fueron minutos de caminar para varios lados y de repente no poder más; me dejaba caer contra la pared, para no desmayarme, me levantaba y seguía hasta que encontré a mis viejos.

El sexto capítulo el eje está puesto en los familiares (como el personaje de Luis Machín o Soledad Villamil) que llegan al lugar de los hechos, sus primeras reacciones y las horas y días posteriores. ¿Cómo crees que está representado en la serie?
–Con mi vieja venía hablando por el celular. Ella vino con mi viejo y mi hermano de 16 años, que no podían creer lo que estaba pasando cuando llegaron, no podía creer que yo estaba ahí, por eso también me pareció muy bueno el capítulo 6 que pongan la parte de los familiares. De hecho, Matías del shock no podía ni hablar (como Nicolás, Toto Rovito, en la serie) y se lo cruzó a mi hermano, que no lo registró porque estaba buscando una mina de mis características. De todas maneras, Matías me hace acordar mucho a Lucas (José Giménez Zapiola) en lo físico y en la actitud de ayuda social. Tiempo después pude hablar un poco más con mis viejos y me comentaron que se pusieron a ver cuerpos en la calle Bartolomé Mitre para identificar a Sole o Matías. Hace poco hablé con mi hermano de este episodio porque necesitaba terminar de recapitular. Me comentó que era como cuando la mamá de Malena llega pero un poco más trash de lo que mostraron en la serie, porque había gente tirada por todos lados, no ubicada sólo en un lugar. Además, mi hermano estuvo en la situación igual que el papá de Lucas (Machín) que llega al hospital y va a la morgue, donde la gente pide por su familia, pero no estaban en una cama, estaban tirados en un pasillo los cuerpos. Horas después lo encontramos a Matías que estuvo un tiempo internado y el mismo 31 de diciembre un grupo de profesores y compañeros del secundario halló el cuerpo de mi amiga Sole en el cementerio de Chacarita. La pregunta de por qué no a mí y porque sí a Sole, me la hice millones de veces y lo aborda mucho la serie con los días y años posteriores.
¿Qué otras conclusiones o mensajes, como el abordaje cuatro años siguientes de la protagonista, te dejó la serie?
–Me pasó con la serie de revivir ese clima de fiesta y esa sensación que había en ese momento y no es lo mismo ahora. Te muestran a los pibes que eran del conurbano, y distintos barrios porteños, y que iban a ver a Callejeros a todos lados. Ellos, aunque están ficcionalizados, existían, seguían a la banda donde tocaban. El sentirte muy hermanado con el que tenés al lado, aunque no lo conozcas, pero me pongo a pensar dos segundos y era una locura lo que estábamos haciendo. Después, el corte que hacen a los cuatro años está bueno desde el punto de que estás más cerca de lo que pasó. Coincide un poco con el inicio del juicio, igualmente es un tema que siempre vuelve a reflotar; no es una tontería, pero que haya aparecido la serie de Cromañón ahora y que yo no paro de hablar con todos mis contactos cercanos sobre la serie no es casual. A nosotros en particular nos remueve un montón, de hecho recibí mails del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires para participar de encuentros de forma virtual para sobrellevar toda la parte psicológica que está generando la serie. Otro punto interesante es el lado de resignificación del personaje de Malena y que puede salir adelante de esta situación, que estuvo bloqueada cuatro años. Por eso, me siento bastante identificada con ella, hay varias cosas que me hacen acordar a mi vida, desde el lado que le cuesta mucho acercarse al grupo de sobrevivientes. Para cerrar, es una mochila que llevo hace veinte años y la voy a llevar hasta que me muera. Me parece re simbólico la cicatriz que le queda a Malena, es la marca que le queda para siempre y me parece que nos identifica un poco lo que nos pasa a todos. Yo durante mucho tiempo no quise ser la sobreviviente de Cromañón, pero me di cuenta de que sí soy sobreviviente porque tengo consecuencias súper palpables todos los días de mi vida por haber estado ahí. Por eso soy sobreviviente, no porque quiera levantar una bandera, sino por las cosas que tengo limitadas aunque yo igual trato de saltarlas.
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