«La condena».
Hasta el próximo lunes 29 estarán disponibles en la plataforma Lumiton.ar cuatro films del director húngaro Béla Tarr, dos de ellos dirigidos junto a Ágnes Hranitzky, su colaboradora frecuente y también su pareja, quien ha contribuido significativamente a la estética visual y narrativa de sus películas.
Tarr es un director, guionista y productor de cine nacido en 1955. Comenzó su carrera en los 70, y a lo largo de los años se ha ganado una reputación como un cineasta influyente y respetado en el ámbito del cine de autor. Ha recibido numerosos reconocimientos en festivales y consolidado su posición, para anunciar su retiro del cine en 2011 luego de filmar El caballo de Turín.
“Dueño de un estilo visual único, que se caracteriza por tomas largas y de atmósfera sombría, sus películas a menudo presentan secuencias con pocos cortes, lo que permite a Tarr generar una inmersión en la psicología de personajes que se encuentran en la búsqueda de significado en un mundo complejo”, cuenta los programadores.
Programación:
El intruso (Szabadgyalog / Hungría / 1981 / 122 minutos) de Béla Tarr.
-Retrato de un joven inestable, a la vez obrero de fábrica y enfermero. El hombre, que también toca el violín, parece incapaz de hallar la felicidad junto a una mujer, ya sea con la madre de su hijo o con la que finalmente se casará.
La condena (Kárhozat / Hungría / 198 / 120 minutos) de Béla Tarr.
-Karrer lleva una vida retirada en una población minera. Las tardes las pasa siempre en el bar Titanik, cuyo dueño le propone participar en una operación de contrabando, pero él prefiere cederle ese trabajo al marido de la cantante del bar.
Armonías de Werckmeister (Werckmeister harmóniák / Hungría / 2000 / 145 minutos) de Béla Tarr y Ágnes Hranitzky.
-Llega a la ciudad un espectáculo ambulante que promete exhibir a la ballena más grande del mundo. Despierta también una gran curiosidad una figura misteriosa e imprevisible a la que llaman “el Príncipe”.
El caballo de Turín (A Torinói ló / Hungría / 2011 / 155 minutos) de Béla Tarr, Ágnes Hranitzky.
-Libremente inspirada en un episodio que marca el fin de la carrera del filósofo Friedrich Nietzsche. El 3 de enero de 1889, en la plaza Alberto de Turín, Nietzsche se lanzó llorando al cuello de un caballo agotado y maltratado por su cochero y, después, se desmayó. Desde entonces, dejó de escribir y se hundió en la locura y el mutismo. En una atmósfera preapocalíptica, se muestra la vida del cochero, su hija y el viejo caballo.
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