Por Patricio Beltrami
Este artículo contiene spoilers.
El quinto capítulo de Ms. Marvel representó uno de los problemas de la serie: La dificultad para integrar el bagaje histórico con los hechos del presente. Por ello, el episodio claramente estuvo dividido: Dos tercios fueron dedicados al trágico origen de la familia Khan y los secretos del brazalete, mientras que, de regreso a la actualidad, el tercio restante contuvo la breve resolución del conflicto sobrenatural y, a su vez, abrió la puerta al desenlace de la temporada. Escrito por Fatimah Asghar y con Sharmeen Obaid-Chinoy en la dirección por segundo capítulo consecutivo, Time and again inicia a fines de la década de 1930. Emulando una proyección de la época, la presentación de Marvel Studios se transforma en sepia, con texturas similares a las de los materiales audiovisuales del antaño, pero esa será la única innovación estética, recurso distintivo en los primeros envíos. A continuación, un informe periodístico introduce el contexto político y social de la Partición, destacando la crisis humanitaria y las divisiones entre hindúes y musulmanes. En ese marco, Aisha (Mehwish Hayat) llega a Karachi y conoce a Hasan (Fawad Khan). Acto seguido, en pocas escenas se muestra el embarazo y la vida de la pareja con su hija Sana, la abuela de Kamala (Iman Vellani). Sin embargo, en 1942 la Partición no era el único riesgo que debía afrontar la familia, ya que Najma (Nimra Bucha) descubre el paradero de Aisha y, amenaza mediante, le da un plazo de 24 horas para que le entregue el brazalete. Por eso, la familia deja su casa y, como Sana (Samina Ahmed) había relatado, intenta escapar de Karachi en el último tren. Mientras Aisha le revela su secreto a Hasan, le deja el brazalete a Sana a manera de protección y se pierde entre la multitud para salvarlos. Sin embargo, Najma la apuñala, dejándola moribunda en el andén, al tiempo que Hasan pierde a Sana y comienza a buscarla desesperadamente. Allí aparece Kamala y, en vano, intenta salvar a su bisabuela, que solo alcanza a decirle: “Lo que buscas, te está buscando”. Igualmente, halla a Sana y, a raíz del poder de los brazaletes, crean un camino de estrellas para que padre e hija se reencuentren. Predestinada a salvar a su familia, Kamala regresa al presente, donde atestigua cómo el portal desintegra a Los Clandestinos sobrevivientes cuando tratan de regresar a su dimensión, pero antes de morir Najma logra pasarle sus poderes a Kamran (Rish Shah). Luego de despedirse de Kareem (Aramis Knight), Kamala, Sana y Muneeba (Zenobia Shroff) comparten un momento de intimidad familiar, cálido, honesto y risueño, antes de volver al hogar. No obstante, el episodio posee un breve y abrupto epílogo: En New Jersey, Kamran intenta esconderse en la casa de Bruno (Matt Lintz) tras fugarse de la prisión de Control de Daños. Sin embargo, un drone lo descubre y, luego de un ataque de Kamran, destruye el mercado que está debajo de la casa de Bruno. En su extraño trayecto, Time and again expone las limitaciones de los autores a la hora de integrar la historia del brazalete y Los Clandestinos con los conflictos del presente. Hasta el momento, los mejores episodios fueron los primeros dos, donde se involucraron los directores Adil El Arbi y Bilall Fallah, quienes serán los responsables del sexto capítulo. En cuanto a Time and again, clausura el conflicto con Los Clandestinos y el riesgo de que usen el brazalete para destruir el planeta y, a su vez, cierra las heridas de la familia Khan. Sin secuencias demasiado interesantes, el capítulo apuntó directamente al romance y al drama familiar, con pocos pasajes logrados. El dolor de la pérdida, los sacrificios y la resignificación de estos actos podrían haber sido las temáticas principales de este capítulo, pero la última secuencia desvía la atención del desarrollo dramático. En ese caso, hubiese sido lógico que la escena de Bruno y Kamran fuera una escena postcréditos despegada del relato central. Habrá que esperar hasta el último episodio para comprobar si la irregular Ms. Marvel sigue su decadente derrotero final o, por el contrario, si vuelve al buen ritmo, la atractiva estética y las bondades de la comedia adolescente que la habían caracterizado en principio.
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