Por Mex Faliero
Todo lo que DC Cómics no logra en las películas de su universo, Peacemaker lo hace en los ocho episodios de su primera temporada. El milagro lo obra James Gunn, que hace posible imbricar humor, acción híper violenta y drama con notable fluidez y, muchas veces, todo dentro de una misma escena. De hecho es curioso, porque Gunn intentaba hacer esto mismo en la película de Escuadrón Suicida pero tampoco lo lograba del todo: será que la serie permite otro desarrollo, otros tiempos, y eso le hizo bien a este proyecto, que sobre una pátina de autoconciencia pop (la ya muy comentada secuencia de títulos es de lo más original, imprevisible y gracioso: de paso, la banda sonora y el uso de la música son notables) adosa conflictos típicamente del cómic con otros que son más propios de un drama espeso. La trama continúa los eventos de Escuadrón Suicida y pone a Peacemaker (un John Cena que se luce, alcanzando honduras dramáticas que no imaginábamos, especialmente en el conflicto con su padre) como parte de un plan secreto para combatir una misteriosa organización. Tenemos otra vez un grupo de marginados poniendo el cuerpo por el resto de los mortales. Hay que reconocer que los primeros tres episodios mantienen la línea de la película, con una excesiva presencia de Peacemaker en plan “soy una construcción cínica del guion y todo me importa poco”. Pero con el avance de los episodios y con el armado del grupo, los personajes se van haciendo más rugosos y dejan atrás esa impostura inicial para volverse seres humanos con sus dudas y sus conflictos, personajes que nos importan. Ahí es donde Gunn (guionista y director de cinco episodios; en otros aparecen hombres importantes como Brad Anderson y Jody Hill) hace aquello que muy bien hace en Guardianes de la Galaxia: la gracia está en la combinación, en el cruce y en la mixtura de caracteres. Es cierto, a veces la serie se evade por los caminos de la humorada innecesaria, pero hay en todo caso un mundo que los contiene y una tristeza de fondo que muestra a esas humoradas como un salvavidas ante el desastre que es todo (y, además, es tal vez la mejor reflexión sobre el humor, la corrección política y la cultura de la cancelación). Porque cuando Peacemaker despeja el humor y sus explosiones sangrientas, ahí nos queda un grupo de personajes melancólicos, gentes de acción que no pueden ni saben hacer otra cosa que lo que hacen, básicamente porque sus vidas son un poco desastrosas. Todo esto confluye en el mejor episodio de la temporada, el sexto, Murn after reading, donde la avanzada de los villanos contra el protagonista nos hace pensar de manera angustiante que no hay escapatoria. Dejando la vara muy alta, Peacemaker es una gran sorpresa y le muestra un poco el camino a DC: tal vez el secreto era contar con autores que tuvieran una mirada y no solo con un diseño para que aplaudan los fans. James Gunn, de paso, te hace todo eso junto.
-La ocho episodio de la primera temporada de Peacemaker está completa en la plataforma HBO Max.
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