Por Rodrigo Seijas y Mex Faliero
-Lunes 16, a las 22:00 por HBO 2, Sin nada que perder. Esta estupenda película de David Mackenzie nominada al Oscar es una suerte de neo-western en el que dos hermanos buscan vengarse del sistema robando sucursales de un mismo banco. El relato se divide en dos, siguiendo por un lado a los delincuentes pero también a los dos rangers que salen a su caza. Juego de gato y ratón magnífico, con potentes secuencias de acción, Mackenzie además trafica su mirada política con una cámara que registra esa Norteamérica interior, furiosa y por fuera del sistema. Un film excepcional, que cuenta además con una notable interpretación de Jeff Bridges.
-Martes 17, a las 14:00 por Paramount Channel, Viviendo su vida. Para recordar al gran Jerry Lewis, este film de 1954 de Norman Taurog donde el comediante junto a Dean Martin se divierten en grande. Aquí un pobre hombre es anoticiado de que está por morir de radiación venenosa y se convierte en centro de atención de una periodista, que lo hace protagonista de una serie de artículos. Sin embargo, cuando le comunican que el diagnóstico fue un error, tanto el paciente como el médico deciden continuar con la mentira y disfrutar de un viaje por Manhattan.
-Miércoles 18, a las 18:15 por Studio Universal, Súper secreto! Una de las cumbres de la sociedad ZAZ, integrada por David Zucker, Jim Abrahams y Jerry Zucker, esta película fue un fracaso en el momento de su estreno pero luego fue revalorizada, y con total justicia. Un film que parodia una multitud de géneros, estéticas y películas, construyendo un relato único en su concepción, por cómo trabaja el humor desde la puesta en escena y retorciendo toda clase de códigos. Un ejemplo cabal de productiva incorrección política -no se salvan ni las pobres vacas- y unas las obras de arte más ofensivas hacia el nazismo, lo cual es un mérito extra.
-Jueves 19, a las 21:00 por Fox Classics, Sueños de un seductor. Una de las pocas participaciones de Woody Allen en películas dirigidas por otras personas es esta comedia de Herbert Ross, de los tiempos en que Allen todavía estaba construyendo su personaje cinematográfico. Basado en un texto del propio Woody, este film reflexiona de manera muy desprejuiciada sobre el cine y su iconografía a partir de un tipo muy cinéfilo al que Humphrey Bogart le da consejos sobre cómo seducir a las mujeres. La mirada sobre el sexo y el vínculo con las mujeres, la presencia del cine y la verborragia, marcas autorales que comenzaban a definir un camino inigualable.
-Viernes 20, a las 12:30 por Fox Cinema, El mismo amor, la misma lluvia. Cuando Juan José Campanella todavía no era Juan José Campanella en el horizonte del cine popular argentino, se animaba a una película imperfecta pero honesta, donde la historia de amor atravesaba varios años de historia del país y la reflexión iba en sendos sentidos. Ricardo Darín y Soledad Villamil construyen una pareja clásica, que juegan con total diversión los enredos típicos de las comedias románticas. Pero un trasfondo algo melancólico deja entrever el drama y la tragedia constante de un país. Si bien se notan algunas de las taras nocivas del Campanella posterior, esta es sin dudas su película más recomendable de las que hizo en el país.
-Sábado 21, a las 08:15 por HBO Family, Un cuento americano. Este film animado dirigido por Don Bluth y producido por Steven Spielberg es un pequeño clásico de los ochenta, de esos que marcó la infancia de unos cuantos. Un relato que enlaza múltiples elementos: la aventura familiar, el viaje como factor de crecimiento y el musical, todo en función de la alegoría sobre la construcción de Estados Unidos desde el componente inmigratorio. Película que funciona a la perfección como objeto nostálgico, tiene una bella canción, Somewhere out there (co-compuesta por James Horner y nominada al Oscar), que es la cima de la melancolía y la dulzura.
-Domingo 22, a las 21:00 por HBO Plus, Freddy vs Jason. Consciente del delirio de su propia premisa, este film de Ronny Yu convierte al enfrentamiento entre esos titanes del horror que son Freddy Krueger y Jason Voorhees prácticamente en una comedia dominada por el absurdo. Hay guiños por todos lados, sangre por doquier y un relato que era un reflejo de su época y se hacía cargo de que la perspectiva paródica inaugurada por Scream, que era la dominante en el género. El resultado es un film algo desparejo pero muy divertido, donde se destaca la performance de Robert Englund, que se hace un picnic sanguinolento.