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Knight of cups

Título original: Idem
Origen: EE.UU.
Dirección: Terrence Malick
Guión: Terrence Malick
Intérpretes: Christian Bale, Cate Blanchett, Natalie Portman, Brian Dennehy, Antonio Banderas, Freida Pinto, Wes Bentley, Isabel Lucas, Teresa Palmer, Imogen Poots, Peter Matthiessen, Armin Mueller-Stahl
Fotografía: Emmanuel Lubezki
Montaje: A.J. Edwards, Keith Fraase, Geoffrey Richman, Mark Yoshikawa
Música: Hanan Townshend
Duración: 118 minutos
Año: 2015


6 puntos


EL PRÍNCIPE PERDIDO

Por Rodrigo Seijas

(@funcinemamdq)

A partir de El árbol de la vida, Terrence Malick ha entrado en una fase definitivamente experimental, donde elude las estructuras narrativas firmes y se sostiene en premisas muy básicas, que le sirven como base para construir relatos esencialmente fragmentarios, casi caóticos. Su cine siempre estuvo marcado por la meditación existencial y filosófica, pero en los últimos años llevó esa vertiente a un plano que roza lo abstracto. Lo cierto es que ese reacomodamiento ha sido contraproducente para su carrera: tanto el film con Brad Pitt y Sean Penn, como el que le siguió, Deberás amar, están invadidos por un nivel de autoimportancia que genera un improductivo distanciamiento.

En Knight of cups persiste esa apuesta experimental y abstracta, aunque en su inicio presenta un pequeño relato que sirve como guía, brindando algo de cohesión a la narración: está pautado por la voz over de Joseph (Brian Dennehy), el padre de Rick (Christian Bale), el protagonista del film. Cuenta de un joven príncipe, cuyo padre, el rey del Este, lo envió a Egipto a encontrar una perla, pero cuando arribó allí, le dieron algo de beber que hizo que olvidara que era el hijo del rey y cayera en un profundo sueño. Entonces, el Rey envió a numerosos mensajeros para tratar de encontrar a su hijo y guiarlo de vuelta al hogar.

La metáfora es obvia: Rick, un guionista absorbido por las tentaciones que ofrecen Los Angeles y Las Vegas, es el príncipe perdido, Joseph es el rey y la posible vuelta al hogar involucra una recuperación de la identidad, un rumbo coherente y los lazos familiares (en los que el hermano que interpreta Wes Bentley juega un rol importante). Ahí, en ese basamento narrativo, en esa exploración introspectiva de Rick, que implica también cruces sucesivos con distintas mujeres -encarnadas por Imogen Poots, Isabel Lucas, Teresa Palmer, Freida Pinto, Natalie Portman y Cate Blanchett-, la película encuentra un sustento para su propia búsqueda de significantes y significados.

Es cierto que Malick sigue incurriendo en unos cuantos esteticismos vacuos y que le cuesta construir personajes verdaderamente consistentes, que vayan más allá de ser meros recipientes de reflexiones. También que las referencias a las cartas de tarot que cruzan la trama aportan poco y nada. Pero en Knight of cups hay una notoria potencia visual, que nace de la inmersión en espacios naturales o urbanos casi abismalmente vacíos, en los que la cámara, en constante movimiento, encuentra microrrelatos que se complementan con la historia central. Los espacios y tiempos hablan, Malick siempre ha sido consciente de esto, y por suerte en Knight of cups los escucha y les da voz.

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