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MAR DEL PLATA 2015: resumen de la Competencia Argentina de Cortos (1º Parte)

Por Gabriel Piquet

(@fancinemamdq)

jorgeLa Competencia Argentina de Cortos del 30° Festival Internacional de Cine de Mar del Plata presentó un panorama alentador, con una serie de trabajos que abordaron diversos géneros y exhibieron un aspecto formal bastante cuidado en la mayoría de los casos. Pero si hay que rescatar algo, es el buen estado que mostraron varios de estos cortos que apuntaron a la comedia como género principal. Este es un repaso de la primera tanda de cortos.

El encargado de abrir la proyección fue Abismo, de Gisela Peláez, en el que una mujer recibe el mensaje de texto de un profesor que la seducía hace veinte años y que vuelve para retomar la relación. Sobre las decisiones que uno toma en la vida, el film está bien trabajado por el montaje, que va y vuelve entre la charla de café de los dos ex amantes y la actualidad de la mujer que siente que está traicionando de alguna forma la familia que construyó.

Antonio, Gastón Siriczman, tiene un buen trabajo de animación. Toca de forma metafórica la idea de volar y los recuerdos que una madre tiene de su hijo, y connota la temática de los desaparecidos de Trelew. Si bien la música queda muy direccionada para generar emotividad, finalmente lo logra si tenemos en cuenta la aceptación que tuvo durante la proyección.

Pabellón IV, de Nicolás León Tannchen, es uno de los intentos de tocar el fantástico con algo de ironía. Una mujer que queda atrapada en el ascensor de una universidad y querrá salir de todas las formas posibles. Sé habla de reducción estudiantil, que en los tiempos que corren puede verse premonitoria.

Gomorra, Pablo Camaiti, es un intento por mezclar varios géneros, por un lado el policial de venganza, tan afín a la violencia, por el otro algo de comedia. Las actuaciones están un tanto forzadas, pero no es mala su idea.

El más flojo fue El círculo, de Nicolás Bagnulo, un intento con pretensiones artísticas, filmado en blanco y negro sobre la relación de dos parejas.

Lo mejor estuvo en la comedia, que poco a poco es un género que comienza a ser aceptado en los festivales.

Por ejemplo la historia de amor truncado con viajes en el tiempo de Fantástico, de Tomás Sposato. O Ecosistema, de Iara Udijara y Tomás Raimondo, y su paralelismo de una gran ciudad con una voz en off que narra lo que parecería ser un documental sobre un ecosistema y cómo es ese hábitat. Y también la gran Ana Pauls haciendo prácticamente un monólogo, contando a través de varias situaciones cómo hacer para poder sacarse de la cabeza a su ex o no, en la divertida Jorge, de Roberto Porta.

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