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Lucas Akoskin: “Una película indie tiene que ser muy buena y tener muy buen elenco para ser distribuida EE.UU.”

Por Mex Faliero

(@mexfaliero)

akoskin 1Lucas Akoskin es argentino y desde hace tiempo está radicado en Estados Unidos. Allí fundó la compañía BN Films, junto al mexicano Alex García, con la que lleva adelante una interesante actividad dentro del marco de la producción independiente: ha trabajado con realizadores como Emir Kusturica, Hideo Nakata y Alex de la Iglesia, e intérpretes como Kate Mara, David Oyelowo o Michael K. Williams. Recientemente estuvo en Argentina donde cerró detalles sobre dos producciones a rodarse en el país, La mujer infinita de Lucía Puenzo y El pueblo tiene quien le escriba, de Leonardo Bechini. En ese marco atendió a la prensa y mantuvo un diálogo con FANCINEMA, donde abordó diversas cuestiones vinculadas con su actividad en el marco de un medio tan competitivo como el del cine norteamericano. “Contemplando que el calendario de los distribuidores está ocupado en su mayoría -algunos con un año de anticipo-, los espacios libres no son muchos, y la competencia es extrema”, comentó sobre la dificultad de encontrar exhibición para sus películas.

-¿Cómo se convierte uno en productor? ¿Qué lo lleva a elegir esa tarea dentro del mundo del cine?
Creo que no hay una fórmula para convertirse en productor. Hay quienes estudian y se preparan académicamente, quienes comienzan como asistentes y aprenden, ganan experiencia hasta llegar a producir, y en mi caso convertirse por la necesidad de sacar un proyecto adelante para poder actuar. No elegí esa tarea, sino que fue un medio necesario para lograr filmar mi primera película en Estados Unidos. De hecho, recien me di cuenta que había producido la película, una vez terminada la misma. Producir es tener ingenio para armar un rompecabezas. Por su puesto ayuda mucho el conocimiento, pero en mi caso, ese conocimiento vino de la mano de la película que estaba produciendo, ya que en mi caso, no me quedaba otra.

-Uno imagina que llegan muchos guiones a una productora, ¿de qué manera se eligen los proyectos que se terminan filmando?
Sí, efectivamente son muchísimos los guiones que llegan. Cada productora o compañía tiene una línea a seguir en cuanto al tipo de proyectos que quiere desarrollar. Algunas buscan películas de género, otras dramas, otras de directores renombrados, otras independientes para competir en festivales, etcétera. Y también son varias las razones por las cuales se elige un proyecto. Siempre se busca el mejor guión, pero influye en su totalidad quién dirige, quién produce y sobre todo, quién actúa. Muchos de estos guiones ya llegan empaquetados, por lo cual uno analiza el todo. Hay extraordinarios guiones que llegan con un director o con un protagonista atado al proyecto que quizás uno no comparte. Como también hay otros guiones que quizás no están tan bien, pero la idea es excelente y un gran director está detrás, entonces eso hace el proyecto más tentador. En lo personal, mi compañía desarrolla material, por lo cual son muy pocos los proyectos ajenos a los cuales nos involucramos. Pero sin duda, el guión tiene que estar muy bien escrito, y la historia tiene que ser muy original.

-¿Con qué panorama profesional te encontraste a la hora de producir cine en Estados Unidos? ¿Cómo es producir cine allí?
Yo no he tenido gran experiencia en Argentina, por lo cual Estados Unidos fue mi primer aprendizaje en ese medio. Con los años fui aprendiendo las diferentes formas, costumbres y modalidades que existen en diferentes países. He tenido la suerte de trabajar en muchos países diferentes y poder aprender de todos un poco. Estados Unidos, a diferencia de muchos otros, está muy estructurado a nivel producción. No hay mucho lugar para improvisar. Existen los incentivos que proponen algunos estados, los “tax rebates” y los rebates de dinero gastado. Y luego el resto es como una fórmula ya preestablecida. Lo que se lleva el inversor, lo que se lleva el productor, los sueldos, los seguros, etcétera. No hay grandes diferencias entre una y otra pelicula respecto a la produccion. Eso hace la tarea de uno mucho más fácil. No hay que inventar ninguna rueda. Ya todo está andando.

-¿Cuánto favorece y cuánto complica en la producción de cine un medio tan competitivo como el de la industria norteamericana?
Creo que son dos mercados paralelos. El americano y el del resto del mundo. La taquilla americana la mayor parte de las veces supera a la combinación de la taquilla mundial (en películas en inglés). Ni siquiera toco al ejemplo de películas de 200 millones de dolares. Ese es otro juego muy diferente y las estructuras también. En lo personal creo que la industria americana contribuye muchísimo a la producción en otros países. El Oscar sigue siendo un premio valuado a nivel mundial, como el máximo galardón al cine, sin importar el país de procedencia. La industria americana es muy grande y los productos que se generan son muy competitivos y geniales. En el resto del mundo no hay o no se gasta el dinero que se gasta en EE.UU. para producir, por eso la creatividad para sacar algo adelante que sea competitivo a nivel mundial resulta algo primordial.

-Aún en los grandes tanques de Hollywood, uno ve que están implicadas muchísimas empresas con los logos que se presentan antes de cada película, algo que hace unos años no sucedía. ¿Cuánto cambió en la producción de cine? ¿Es más difícil concretar una película ahora?
Si hablamos de esos grandes tanques hollywoodenses, ¡sí! Ha cambiado mucho, ya que la competencia es muy grande entre los estudios, y una pelicula de un presupuesto monstruoso no es garantía de éxito. Hay muy pocos estudios como Marvel, que autogestionan y financian productos propios. Fuera del mundo de los cómics, una gran producción de un estudio, por lo general trata de minorizar el riesgo lo más posible, buscando socios que se sumen al proyecto. Tambien es cierto que hace diez años atrás, casi no había películas que costaran 100 ó 200 millones de dólares. Cada tanto había una que era una mega producción… como Titanic en su momento. Hoy en día con la era de los comics Marvel y DC, los estudios tuvieron que salir a competir y realizar películas que estén al nivel visual para darle a la audiencia de esas películas opciones competitivas.

akoskin 2-¿Cuán difícil es para una producción independiente norteamericana conseguir distribución y exhibición en el propio territorio estadounidense?
¡Muy! Es imposible determinar cuántas películas independientes se realizan cada año en EE.UU., pero para que te des una idea en el 2014 fueron enviadas más de 4000 al festival de Sundance. Contemplando que el calendario de los distribuidores está ocupado en su mayoría -algunos con un año de anticipo-, los espacios libres no son muchos, y la competencia es extrema. Una película indie tiene que ser muy buena y tener muy buen elenco para lograr ser distribuida en los cines.

Akoskin ha venido desarrollando una intensa actividad con su productora, motivo por el cual sus películas han recibido el reconocimiento tanto de la crítica, como de realizadores y actores. Tal vez por eso, progresivamente se han ido sumando nombres de peso en sus producciones. Actualmente está preparando, además de las películas que se rodarán en Argentina, dos films: The milky road, dirigido por Emir Kusturica, quien además protagoniza junto a Monica Bellucci; y El jesuita, de Paul Schrader y con Tim Roth y Brian Cox.

-¿Cómo se llega a trabajar con directores de relevancia mundial como Emir Kusturica o Paul Schrader? ¿Cómo se dieron los contactos en estos casos?
Es un camino muy personal. En mi caso yo llegué a trabajar con Guillermo Arriaga primero en un proyecto que realicé para la compañía Terra Networks hace muchos años, donde tuve la posibilidad de producir varios cortometrajes alrededor de Latinoamérica. Tenía un amigo en común con Guillermo, y nos presentó. Le pitchié el proyecto y le encantó, y ahí comenzó nuestra colaboración. Luego nos hicimos muy amigos, y un par de años después decidimos hacer juntos Words with gods. Guillermo venía de hacer varias peliculas con mucho reconocimiento en Estados Unidos y el mundo, por lo cual fue muy fácil convocar a grandes directores (como Emir) para ser parte del proyecto. Un proyecto que involucra nueve cuentos cortos, por nueve directores en nueve países y nueve lenguas diferentes. Luego de esa película, Emir tuvo ganas de filmar un largometraje basado en su cuento corto, y nos propuso hacerlo con él. Esa es la película que estamos produciendo en este momento junto a la productora argentina Paula Vaccaro.

-¿De qué manera se ve el cine argentino desde el extranjero?
Con mucho respeto. Hay muy buenas películas que logran salir de Argentina y llegan al extranjero. Tenemos grandes realizadores que nos hacen quedar muy bien reiteradamente.

-¿Qué le suma una compañía internacional como BN Films a la producción local? ¿Y cuál es el objetivo de su compañía al involucrarse con el cine argentino?
Quizás el hecho de ser una compañía americana aporta la ventaja de poder mover la película en el mercado americano de una forma local. Yo soy argentino y si bien no vivo en el país, el hacer cine en Argentina me da mucha satisfaccion a modo personal. No hay un objetivo estratégico detrás.

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