Título original: The To Do List
Origen: EE.UU.
Dirección: Maggie Carey
Guión: Maggie Carey
Intérpretes: Aubrey Plaza, Johnny Simmons, Bill Hader, Alia Shawkat, Sarah Steele, Scott Porter, Rachel Bilson, Christopher Mintz-Plasse, Andy Samberg, Donald Glover
Fotografía: Doug Emmett
Montaje: Paul Frank
Música: Jason Boschetti, Raney Shockne
Duración: 104 minutos
Año: 2013
Compañía editora: Blushine
6 puntos
El sexo no es algo tan serio
Por Rodrigo Seijas
Ya a esta altura es bastante obvio que la comedia norteamericana actual no sólo tiene algunos exponentes, sino que se renueva constantemente con nuevas figuras, con lo que muchas veces se generan situaciones de interacción y padrinazgo por parte de los más veteranos con las estrellas más jóvenes. En Lista de pendientes se puede ver bastante de eso: es un film donde un elenco excelente, en el que conviven figuras como Bill Hader y Andy Samberg junto a Christopher Minzt-Plasse, Donald Glover y Johnny Simmons, más el aporte de Clark Gregg, Connie Britton y Rachel Bilson, todos respaldando a la estrella central, que es Aubrey Plaza.
En la ópera prima de Maggie Carey (cocreadora del particular talk show The Jeannie Tate Show y directora de varios episodios de Funny or die presents) conviven diversos universos de comicidad. La realizadora, a partir de los intérpretes con los que cuenta, no sólo aporta el tono absurdo y desaforado que venía cultivando en sus creaciones previas. En Lista de pendientes se pueden detectar huellas de la autoconsciencia narrativa de Saturday night live, el distanciamiento cariñoso de Parks and recreation, las reformulaciones genéricas de Community o incluso el foco en la maduración de Supercool. Todo esto a partir de la historia de Brandy Klark (Plaza), una nerd que, viendo cómo se le viene encima el salto a la Universidad, decide armar una lista de cuestiones sexuales que lograr antes de llegar a la meta final, que es perder la virginidad con el chico más lindo del pueblo.
Carey además sitúa de manera deliberada el relato en 1993, sumándole a la mirada bastante desprejuiciada y escatológica a la sexualidad todo un andamiaje de referencias culturales y políticas -Hillary Clinton incluida-. Hay que reconocer que no todo funciona fluidamente: la película en numerosos segmentos se deja llevar por la acumulación de chistes -algunos muy logrados, otros definitivamente fallidos o poco creativos-, perdiendo su centro narrativo. De hecho, Lista de pendientes puede verse más bien como un experimento o ensayo por parte de Carey, quien todavía parece estar buscando su rumbo como cineasta. Sin embargo, lo que sobresale y se impone es una visión que busca sacar o disminuir la mochila de mitos alrededor del sexo. En eso, el film es mucho más honesto y liberador que la saga de American pie, que a pesar de utilizar toda una serie de herramientas escatológicas, a la hora de la verdad, le otorgaba al acto sexual -y las instituciones que giran alrededor de él- una trascendencia demasiado cercana al conservadurismo.
De ahí que Lista de pendientes pueda verse como un cuento de crecimiento más, donde lo que importa es cómo la protagonista va madurando y reposicionándose en el mundo, constituyendo su identidad a partir de sus experiencias amorosas, sexuales, familiares y de amistad. En la película de Carey -en especial en su segunda mitad- hay unas cuantas deudas al cine de John Hughes, pero también al de Apatow o Mottola. Sin embargo, esas deudas son pagadas con honestidad, de la mano de un relato que nunca pretende dar lecciones altisonantes, que apuesta a la diversión y los vínculos entre los personajes, y que tiene en Plaza a una actriz con una presencia muy particular y distintiva. A Carey, mientras tanto, le queda mucho tiempo para crecer. Habrá que ver cómo sigue explotando su talento.