Por Melody San Luis
Ya desde el título podemos distinguir que el director, Miguel Monforte, tiene una predilección por la polisemia y búsqueda de algo más en lo que se ve. Héroe corriente es un oxímoron. Los héroes no suelen ser corrientes, son únicos y eso los hace héroes. La palabra héroe lleva consigo una historia que la apareja con actitudes ilustres y que no podrían verse como actitudes “corrientes”. Pero aquí se habla de los combatientes de Malvinas y este título muestra lo que desarrollará el film, personas corrientes que pelearon por su patria y que volvieron y siguieron siendo corrientes para gran parte de la población, aunque hayan realizado un acto heroico.
Aun siendo tema central el dolor, algo que puede resultar duro, no se centra en el morbo ni se queda esperando que el tema funcione por el tema mismo. El documental presenta mayormente la vida de Julio Aro y con él a varios combatientes y madres de caídos que llevan adelante la búsqueda de no olvidar lo sucedido.
Monforte no se conforma con trabajar con un solo tema y deja en cada uno de los rincones huellas de preguntas e incógnitas sobre otras cosas: qué es el nacionalismo, quiénes pelean por la nación y quiénes reciben sus provechos, cómo ser escuchado en nuestro país, entre otros asuntos. Y trabaja cada uno de los temas como esas cajitas chinas de las que podemos encontrar varias de ellas más pequeñas en su interior. Aunque tiene una duración relativamente corta, es mucha la información y los detalles que componen a este documental.
Héroe corriente presenta una parte oscura de nuestra historia de una forma poética y cuidada. Muestra a hombres que no bajaron la cabeza aunque la sociedad les dio la espalda y cómo hicieron de su pena una fundación que hoy no sólo recuerda a sus caídos, sino que busca ayudar a los “olvidados”.