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“Lo marplatense está en nosotros sin necesidad de subrayarlo”

Por Mex Faliero

(@mexfaliero)

laguyasTal vez inconscientemente, Mariano Laguyas y su equipo de producción gestaron algo histórico: Chau es la primera película netamente marplatense en llegar al circuito comercial de estrenos. En medio de uno de los diciembres más calurosos en años y estrenando el mismo día que la secuela de El hobbit, el film local ha encontrado su público, el cual se suma al que ya la vio durante el 28° Festival Internacional de Mar del Plata, otro hito para esta producción: ahí la vieron 500 personas. Precisamente esa vidriera de exhibición, la del Festival, fue clave para que el film llegue a estrenarse: “para nosotros significa mucho porque es importante que Mar del Plata vea la película y la valorice. Ser los primeros estrenando comercialmente en la ciudad además es una satisfacción extra”, dijo el director en diálogo con FANCINEMA.

Laguyas se mostró conforme con los resultados y proyecta la posibilidad de que la película se vea más allá de la ciudad: “sólo falta que podamos darle visibilidad y promoción. Luego que el cine entienda que va a haber público, y que la exhibición es posible”. Cuando salga de la cartelera local -este miércoles 18 a las 15:00 se verá por última vez en el cine- se habrá convertido en uno de esos sucesos pequeños pero trascendentes para la industria audiovisual marplatense.

-¿Cuál fue la sensación personal cuando viste la película por primera vez en la sala, con público?
La primera vez que se proyectó en público fue en el Cinema 2 del Shopping, para el Festival de Cine de Mar del Plata. Y para entonces ya la ansiedad había bajado mucho, porque en ese tiempo trabajamos muchísimo el sonido y cada vez que la veía y escuchaba, más me convencía de que Chau funcionaba. Y cuando hicimos la prueba de imagen a semejante tamaño, y se veía tan bien, fue un disfrute y el ejercicio de estar lo más consciente posible de que estábamos viviendo un hecho histórico.

-¿Cuánto tiempo llevó desde la realización del guión hasta la finalización del rodaje? ¿Se comenzó a escribir con la idea de terminar en un largometraje o fue más azaroso el proceso?
El proceso fue bastante azaroso. Con Diego Campessi, que es nuestro productor, el otro delfín, venimos trabajando hace cerca de cinco años juntos y para cuando comenzó el proceso de escritura, de armado del argumento de lo que sería Chau, ya estábamos atrás de la idea de hacer un largometraje 100 % marplatense. Chau nació como idea como un cortometraje, en una charla durante el 26° Festival de Cine de Mar del Plata. Al escribirlo, en julio de 2012 se convirtió en 28 páginas que al grabarlas fueron 42 minutos. Paralelamente Martín Gervasoni había vuelto de España después de diez años y al reencontrarnos quedamos en que teníamos que trabajar juntos. Al ver el primer armado del “corto” de 42 minutos y teniendo este trabajo pendiente con Martín, no dudamos en que era el momento de hacer el largo.

chau dos-Desde su rodaje hasta su estreno, ¿hubiera sido posible Chau sin los nuevos soportes digitales? ¿Cuán necesaria es la digitalización de salas para los realizadores argentinos?
Chau
no hubiera sido posible hace cinco años. O te diría tres. Estamos viviendo una revolución comparable a la imprenta de Gutenberg. Hicimos Chau alquilando equipos que se usan para grabar sociales, editamos con máquinas compradas en la casa de computación de la esquina. Todo esto con el fílmico hubiera sido imposible, por costos y por procesos. Igualmente con fílmico o con digital la diferencia la sigue marcando el guión, las actuaciones y la calidad de los técnicos a los cuales se les da esas herramientas. La digitalización de las salas es inevitable y no tiene marcha atrás. En dos años hablar de sala analógica será como hablar de pasacassettes y discman.

-Más allá de la obviedad de lo geográfico, ¿qué elementos encontrás vos en la película que determinan que se trata de una obra marplatense?
La película fue escrita, pensada, desde la disponibilidad de recursos. El hecho de que Sol sea conserje de hotel nació porque hay muchos hoteles en Mar del Plata y que si alguno nos decía que no se podía filmar, íbamos al de al lado y se solucionaba. El taxi lo mismo. Necesitábamos una escena en tránsito e intimista, y nada mejor que un taxi anónimo para confesar. Y si te subís a un taxi en noviembre, seguramente se hablará de la temporada para romper el hielo. Y así con todo. No pensé desde la pretensión, sino en términos de construcción del personaje. El carácter autóctono salió solo, porque no forzamos la situación o los espacios hacia una fantasía.

-Cómo se trabajó el elemento local. ¿La intención es que se note que es una película marplatense o hay algo más universal en la mirada que usa lo geográfico sólo como referencia visual?
Lo marplatense está en nosotros sin necesidad de subrayarlo. Por ejemplo el episodio de Martin y Luis. El conflicto del episodio es la situación sentimental de Martín, sus dudas, su futuro. Pero si Martín personaje es marplatense y está buscando tranquilidad para decidir, es posible que trabaje en ese hotel. Respecto a Luis, cuyo conflicto es cómo concretar la reconversión laboral que tantos deseamos al llegar a cierta edad, si el personaje es orgánico, en algún momento pensará en el turismo.

-¿Cómo creés que le impactará la película a un espectador que no es de la ciudad? ¿Tuviste alguna repercusión de ese estilo durante el Festival?
Nosotros tuvimos la experiencia cuando le mostramos la película, en junio, a Mario Marchiolli, que hoy es nuestro productor delegado. Mario es un porteño que ha vivido en Mar del Plata muchos años, pero que estuvo ausente de la ciudad la última década. Es decir, conoce a los marplatenses, pero sigue no siéndolo. La película le encantó, porque muestra Mar del Plata sin exceso. Es más, él fue quien sugirió la secuencia de contexto antes de los títulos porque para nosotros es obvio hablar de temporada, de turistas, etcétera, pero el que no es de acá puede quedarse afuera del fenómeno mundial que es Mar del Plata.

-Del cine argentino realizado en Mar del Plata ¿qué películas destacarías y por qué?
Sentimental
, de Sergio Renán, para mí sigue siendo la película que mejor usó, dramáticamente, a la ciudad. Porque los personajes usan a Mar del Plata como lo hace el porteño. Vienen a distenderse, a buscar distancia de sus problemas. Entonces sentí que la ciudad no era usada como locación, sino como espacio dramático.

-Personalmente creo que el cine argentino no ha sabido encontrar una forma de mostrar la ciudad. ¿Cómo lo ves vos? ¿Te parece que hay una mirada estereotipada? ¿Es posible salir del estereotipo?
Coincido en que todavía no se encontró una forma de mostrar la ciudad. Y puede ser con que todavía no ha habido películas hechas (o escritas) “desde” Mar del Plata. Pero más allá del estereotipo, que es en definitiva dibujar con trazo grueso, creo que pasa lo mismo con otras ciudades. A veces veo películas independientes y tengo la sensación de que el porteño también está estereotipado por cierto cine. Soy guionista y no puedo dejar de ver el problema en términos de guión, personaje, espacio. Hace veinte años que escucho lo mismo. Al cine argentino le faltan guionistas. Hoy me sumo a esa idea.

chau uno-Actores, guionistas, directores, equipo técnico: ¿cuál es la realidad de la producción audiovisual en Mar del Plata? ¿Qué futuro nos espera?
Veo mucha gente muy capaz, muy talentosa, muy trabajadora. La producción audiovisual marplatense está estallando, fruto del vhs y el digital. Pero todavía veo cortometrajes que podrían ser checoslovacos o marplatenses. Creo que todavía hay mucho de ver el cine como algo que pasa en otros lados y que hay que tratar de alcanzar. Y así quedan afuera los personajes interesantes, y únicos, que podría retratar el cine marplatense. El futuro siempre es mejor.

-El problema, siempre, parece ser la posibilidad de exhibición. Sin exhibición es difícil generar un público. ¿En qué creés que se debería trabajar para potenciar este segmento que parece el más complejo en el presente? ¿Y quiénes deberían trabajar para propiciar un mejor panorama?
En este punto no coincido del todo. La exhibición es importante, pero no más importante que la corrección del guión, la buena planificación, el ensayo, la corrección, el aprender a trabajar verdaderamente en equipo, etcétera. Destaco mucho el trabajo de Mar del Plata en cortos, pero creo que su función es más de apoyo que de exhibición. Yo he hecho cortometrajes que sé que son aburridos o muy deficientes en lo técnico, y los tomo como ensayos. Duele mucho cuando el proyecto no sale bien, pero un ensayo es un ensayo y hay que seguir trabajando. En esos casos, con que lo hayan visto los participantes (y los maestros, para tratar de evitar repetir los errores) creo que ya fue suficiente. La responsabilidad de que haya más público en las salas cuando se exhibe un producto marplatense es de los productores de los films. La exhibición es un engranaje más del producto artístico.

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